TE NECESITO, SEÑOR

 


¡Te necesito, Señor!, 

porque sin Ti mi vida se seca. 

Quiero encontrarte en la oración,

en tu presencia inconfundible, durante

esos momentos en los que el silencio se

sitúa de frente a mí, ante Ti.

¡Quiero buscarte!


Quiero encontrarte dando vida a la

naturaleza que Tú has creado; en la

transparencia del horizonte lejano desde

un cerro, y en la profundidad de un bosque

que protege con sus hojas los latidos

escondidos de todos sus inquilinos.

¡Necesito sentirte alrededor!


Quiero encontrarte en tus sacramentos, en

el reencuentro con tu perdón, en la

escucha de tu palabra, en el misterio de tu

cotidiana entrega radical.

¡Necesito sentirte dentro!


Quiero encontrarte en el rostro de los hombres

y mujeres, en la convivencia con mis

hermanos; en la necesidad del pobre y

en el amor de mis amigos; en la sonrisa de

un niño y en el ruido de la muchedumbre.

¡Tengo que verte!


Quiero encontrarte en la

pobreza de mi ser, en las capacidades

que me has dado, en los deseos y

sentimientos que fluyen en mí, en mi

trabajo y mi descanso y, un día, en la

debilidad de mi vida, cuando me acerque

a las puertas del encuentro cara a cara contigo”.


P. Pierre Teilhard de Chardin S.J

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