Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra.
A ti que eres, por gracia especial de Dios,
el modelo de todas las mamás, te pedimos hoy,
por todas las madres del mundo.
De un modo especial te rogamos por aquellas
madres que, por distintas circunstancias, tienen
dificultades para cumplir cabalmente, su misión.
Y también por todas las madres que sufren a causa
de sus hijos.
Ayúdales, Virgen María, a asumir con amor y
generosidad, la hermosa tarea que Dios mismo
les encomendó, como gestoras y protectoras de
la vida en sus distintas etapas.
Fortalécelas para que, superando con paciencia y
vigor, sus limitaciones y dificultades, sepan dar
siempre a sus hijos, lo mejor de sí mismas.
Pide a Jesús para ellas los dones de la ternura y
la paciencia, tan necesarios para educar
adecuadamente a los niños y a los jóvenes.
Acompaña con tu amor delicado y profundo,
a aquellas mujeres que se encuentran
desorientadas y temerosas, frente a su futura
maternidad; y a las que, de una u otra manera,
son inducidas a cegar la vida de sus hijos, cuando
apenas comienza.
Abraza con tu corazón amoroso,
a todas las madres que como tú, han padecido
el inmenso dolor de ver morir a sus hijos, a causa de la
violencia o de alguna enfermedad.
Anima con tu esperanza a todas las madres que
hoy se sienten solas y abandonadas por los hijos
que se han ido para hacer su vida lejos de su
amor y sus cuidados, olvidando sus deberes
filiales.
Cubre con tu manto de bondad a todas las
madres que en los distintos lugares de la tierra,
lloran por su pobreza, que les impide proteger a
sus hijos del hambre, las enfermedades y la
ignorancia.
Y a todos nosotros, Virgen María, bendícenos
como hijos tuyos. Amén