JESUCRISTO, EL AMIGO MÁS FIEL QUE SE QUEDA CON NOSOTROS


La Eucaristía, es sacramento del cuerpo y sangre de Nuestro Señor Jesucristo, real y verdaderamente contenido bajo las especies de pan y vino, en virtud de las palabras pronunciadas por el sacerdote en la consagración. 

Este sacramento adorable fue instituido por nuestro divino Salvador en su última cena, en aquella en que reunido con sus discípulos, próximo a partir a la muerte que cercado de tormentos sufrió voluntariamente por nosotros, se esmeró en dejarnos la mas dulce prenda de consuelo, de seguridad y de salud que pudo sugerirle el mas puro, el mas profundo y entrañable amor. 

Nos causa profunda admiración aquel divino Hijo de María, que no contento con entregarse por nuestro bien a la mas fiera e ignominiosa muerte, se queda con nosotros en ese augusto sacramento, como el mas fiel amigo que no quiere separarse de sus amigos; como el más tierno padre que no quiere dejar a sus hijos; como el hermano cariñoso que no quiere abandonar a sus hermanos: y esto a pesar de que conoce la ingratitud de sus amigos, de sus hijos y de sus hermanos. 

(Corona Católica, José de la Luz Pacheco)

TAMBIÉN DEBEMOS EVITAR EL PECADO VENIAL



El pecado venial es una transgresión voluntaria de la ley de Dios en materia leve, pero es muy importante luchar para no cometer pecados ni siquiera leves.

Jesús le dijo a Santa Faustina, que le desagradaban mucho los pecados voluntarios, aunque fueran leves.

Los pecados veniales tienen más importancia de lo que parece, porque por ejemplo: Una tos pequeña, pero descuidada, puede llevar a la sepultura.

Un punto negro en un diente no es nada, pero si no se lo enseñas al dentista, pronto todo el diente quedará dañado, y hasta puede ser necesaria la extracción.

No es que el pecado leve se convierta en grave pero dispone al pecado grave, pues debilita la voluntad y nos priva de gracias sobrenaturales con las cuales podríamos luchar mejor contra el pecado grave. 

Deberíamos poner especial diligencia en evitar los pecados veniales plenamente advertidos y voluntarios.

Pero si los hemos cometido ya, no es momento para desanimarnos, sino para arrepentirnos inmediatamente y acudir al confesor, porque si tenemos la cara tiznada, nos lavamos enseguida, y si tenemos una mancha de grasa en la ropa, nos la cambiamos inmediatamente porque nos da verguenza que nos vean así, entonces, ¿no debe darnos más reparo y verguenza que nuestra alma sea repulsiva a Dios y a la Virgen?

(Para salvarte, P. Jorge Loring)

LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS SE DERRAMA POR NOSOTROS


 

La preciosa sangre de Jesús se desbordó durante la Pasión. 

¡Cuántos torrentes llenos de sus olas impetuosas! 

Sangre de su rostro y de todo su cuerpo, 

bajo el peso de la agonía en Getsemaní. 

Sangre de su frente bajo las espinas de la corona. 

Sangre de sus espaldas bajo los crueles golpes de la flagelación. 

Sangre de sus manos y de sus pies bajo la punta de los clavos 

que lo suspendían a la cruz. 

Sangre de su corazón agotado hasta 

su última gota bajo el hierro de la lanza. 

Y toda esa sangre derramada sucesivamente 

la derrama y la vierte por completo 

y de un solo golpe en cada una de las Hostias 

consagradas.

La preciosa sangre de Jesús,

en todos los cálices, todas las mañanas y a

toda hora del día y en todas las partes del 

mundo se derrama de nuevo, se entrega y se 

ofrece a su Padre: ¡por mí! 

En mi pecho se derrama cada día con toda 

su plenitud, sin enfriarse, sin disminuirse ni 

reservarse; ¡y está en mí, por mí y para mí! 

Y" de esa Sangre tan pródigamente derramada, 

cada átomo vale más que un mundo.

¡Ah! ¿Cómo bendecir bastante las reales y 

divinas prodigalidades de la Preciosa Sangre? 

Y ¿cómo escribir, cómo alabar dignamente 

sus maravillosas eficacias? 

Ella purifica; ella es quien ha lavado al 

mundo de sus crímenes y quien diariamente 

purifica a las almas, derramándose en ellas por 

todos los sacramentos, especialmente por el de 

la Eucaristía: porque es el vino de la virginidad. 

Ella fortifica; ella es un vino generoso, refrigerante, 

un elixir de vida; ella aviva las facultades del alma,

 aguza la inteligencia, afirma la memoria, 

conforta el corazón y le llena de 

entusiasmo, de ardor y de generosidad. 

Ella regocija; ella embriaga, dilata el corazón, 

rechaza la tristeza, disipa los sombríos 

pensamientos, quita el miedo, reanima la desesperación. 

¡Dedit et tristibus Sanguinis poculum! 

Ella cura; ella cicatriza las llagas del pecado, 

repara los males, es un colirio y un bálsamo eficacísimo 

para todas las llagas del alma. 

Es la leche de los niños, como el vino de los 

fuertes; ella encanta, consuela, y está llena de 

suavidad y delicias.

- Manual de Adoración al Santísimo Sacramento -

CUANDO DIOS ORDENA, HASTA EL DIABLO OBEDECE

 “Una mujer muy pobre llamó a una emisora de radio pidiendo ayuda a Dios un incrédulo que también estaba escuchando este programa de radio decidió burlarse de la mujer. obtuvo la dirección de la mujer en la estación de radio y le dijo a su secretaria que le llevara una gran cantidad de alimentos. sin embargo, dio la siguiente instrucción: "cuando la mujer pregunte quién envió la comida, dígale que es del diablo".

cuando la secretaria llegó a la casa de la mujer, la mujer estaba feliz y agradecida por la ayuda recibida. comenzó a poner los paquetes de comida dentro de su pequeña casa. entonces la secretaria le preguntó: "¿no quieres saber quién envió la comida?" la mujer respondió: “no, no me importa porque cuando Dios ordena, ¡hasta el diablo obedece!



PARA QUE DIOS OBRE EN NOSOTROS ES IMPORTANTE CONSERVAR LA PAZ DEL ALMA


«Sin Mí no podéis hacer nada», ha dicho Jesús (Jn 15, 5). No ha dicho: no podéis hacer gran cosa, sino «no podéis hacer nada». Es esencial que estemos bien persuadidos de esta verdad, y para que se imponga en nosotros no sólo en el plano de la inteligencia, sino como una experiencia de todo el ser, habremos de pasar por frecuentes fracasos, pruebas y humillaciones permitidas por Dios. 

Él podría ahorrarnos todas esas pruebas, pero son necesarias para convencernos de nuestra radical impotencia para hacer el bien por nosotros mismos. 

Según el testimonio de todos los santos, nos es indispensable adquirir esta convicción. Porque el Señor hará cosas en nosotros por el poder de su gracia. Por eso, Santa Teresa de Lisieux decía que la cosa más grande que el Señor había hecho en su alma era «haberle mostrado su pequeñez y su ineptitud».

Para que Dios pueda obrar en nosotros, es importante que nos esforcemos por adquirir y conservar la paz interior, la paz de nuestro corazón. 

Para hacer comprender esto podemos emplear una imagen: consideremos la superficie de un lago sobre la que brilla el sol. Si la superficie de ese lago es serena y tranquila, el sol se reflejará casi perfectamente en sus aguas, y tanto más perfectamente cuanto más tranquilas sean. Si, por el contrario, la superficie del lago está agitada, removida, la imagen del sol no podrá reflejarse en ella. 

Algo así sucede en lo que se refiere a nuestra alma respecto a Dios: cuanto más serena y tranquila está, más se refleja Dios en ella, más se imprime su imagen en nosotros, mayor es la actuación de su gracia. Si, al contrario, nuestra alma está agitada y turbada, la gracia de Dios actuará con mayor dificultad.

(La paz interior, Jacques Philippe)

A ABRIR CAMINO ME LLAMAS


No hay caminos en mi vida, Señor; 

apenas senderos 

que hoy abro y mañana desaparecen. 



Yo vivo en encrucijada 

y mi brújula, Señor, 

no marca el norte. 

Yo corro cansado hacia la meta 

y el polvo del camino 

se me agarra a cada paso, 

como la oscuridad a la noche.

Yo voy a galope caminando, 

y a tientas busco un rastro, 

y sigo unas pisadas. Y me digo: 

¿Dónde me lleva el camino? 

¿Eres quien ha extendido 

a lo largo de mi vida un camino? 

¿Cuál es el mío? 

Si Tú me lo has dado 

me pertenece. 

¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado 

quiero saber la meta. 

¿Voy solo? ¿Camino en grupo? 

Tengo miedo que mi cantimplora 

y mi mochila se queden vacías 

y a mi lado nadie comparta conmigo. 

Señor, Tú sales al paso en mi camino 

para marcar mi rumbo. 

Es tu voz, hecha llamada, 

quien me indica, palmo a palmo, 

mi ruta por el llano 

o la montaña escarpada. 

Es tu voz, hecha llamada, 

quien me arranca de mi siesta, 

de mi vida fácil y segura, 

de los míos y de lo mío. 

Es tu voz, hecha llamada, 

quien me lanza a ser apoyo, 

y servicio, y comprensión, y alegría, 

y ayuda... de los otros. 

Es tu voz, hecha llamada, 

quien me arranca de mí, 

y me hace grupo. 

Señor, yo busco tu camino (sólo uno), 

y me fío de tu Palabra. 

Dame fuerza, tesón a cada paso 

para caminar contigo. 

Dame un grupo de amigos decididos, 

prontos a la marcha. 

Llevaremos nuestra tienda 

te llevaremos con nosotros, 

y serás cada día, 

quien oriente nuestra marcha. 

Yo busco ahora un camino, Señor. 

Tú, que eres Camino, 

da luz verde a mi vida 

pues a abrir camino Tú me llamas.

(Leopoldo Sedar Senghor. Presidente Senegal)

NO DEBEMOS TURBARNOS CUANDO CAEMOS


Es, al mismo tiempo, honra y tormento del hombre que ha caído el no poder acostumbrarse a sus faltas. Es como un príncipe destronado, sin ningún prestigio, por culpa de sus primeros padres; pero en el fondo de su alma conserva siempre el recuerdo de la nobleza de su origen y de la inocencia que tendría que ser su patrimonio.

San Francisco de Sales decía: «Os quejáis de que en vuestra vida se entremezclan muchas imperfecciones y defectos, contrariando el deseo que tenéis de perfección de pureza en el amor de Dios. Os respondo que no es posible desasirnos del todo de nosotros mismos hasta que Dios nos lleve al Cielo; Nadie habrá tan santo en esta vida que no esté siempre sujeto a imperfecciones»

«No pensemos que, mientras estemos en esta vida, podremos vivir sin imperfecciones, porque esto no es posible"

«es necesario tener paciencia, pues somos de naturaleza humana y no angélica, por lo tanto debemos vivir como incurables espirituales"

Principalmente a las almas que comienzan a dar los primeros pasos en el camino de la perfección, San Francisco de Sales les inculca el conocimiento práctico de su flaqueza. Ellas son las que, por inexperiencia, con mayor facilidad se desconciertan cuando han caído en una falta, con las consecuencias funestas de ese desconcierto. Perturbarse y desalentarse cuando uno cae en el pecado es no conocerse a sí mismo.

«Nuestra imperfección nos acompañará hasta el sepulcro. No podemos caminar sin tocar el suelo. Es bueno intentar no caer, pero tampoco hay que pensar en volar, porque somos polluelos y todavía no tenemos alas»

«Hay, pues, que tener paciencia, y no pretender desterrar en un solo día tantos malos hábitos como hemos adquirido, por el poco cuidado que tuvimos de nuestra salud espiritual».

«Aunque, por nuestra debilidad, vislumbremos muchas caídas, no debemos turbarnos de ningún modo».

(El arte de aprovechar nuestras faltas, Jose Tissot – Recoge las enseñanzas de San Francisco de Sales -

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

(Esta oración puede servir, por ejemplo, para invocar la asistencia del Espíritu Santo en reuniones con fines espirituales, o al realizar alguna práctica de piedad en forma colectiva o individual).

ANTES:

V. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y serán creadas todas las cosas.

R. Y renovarás la faz de la tierra.

V. ¡Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo!, concédenos según el mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. 

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

DESPUÉS:

V. Te damos gracias, omnipotente Dios, por todos tus beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amén




MARÍA ES EL ÁRBOL DE LA VIDA

Una de las razones por la que son tan pocas las almas que llegan a la madurez en Jesucristo es que María, la Madre de Cristo y la Esposa fecunda del Espíritu Santo, no está bastante formada en los corazones. 

Quien desee tener el fruto maduro y bien formado, debe tener el árbol que lo produce.

Quien desee tener el fruto de vida, que es Jesucristo, debe tener el árbol de vida que es María. 

Quien desee tener en sí la operación del Espíritu Santo, debe tener a su Esposa fiel e inseparable, la excelsa María.

(San Luis de Monfort)



PARA SER SANTOS TENEMOS QUE BUSCAR LA VOLUNTAD DE DIOS



Si queremos hacernos santos, nuestro único deseo ha de ser renunciar a la voluntad propia para abrazarnos con la de Dios. Roguemos, por tanto, al Señor que nos dé santa libertad de espíritu, libertad que nos hará abrazar cuanto agrada a Jesucristo, a pesar de las repugnancias del amor propio.

El amor de Jesucristo pone a sus amantes en una total indiferencia, siendo para ellos todo igual, lo dulce como lo amargo; nada quieren de lo que les agrada a sí mismos, y quieren cuanto agrada a Dios; con la misma paz se dan a las cosas grandes que a las pequeñas, e igualmente reciben las cosas gratas que las ingratas; les basta agradar a Dios en todo He aquí, por tanto, cuál ha de ser el único fin de todos nuestros pensamientos, de las obras, de los deseos y de nuestras oraciones: el gusto de Dios; éste es el camino que ha de conducirnos a la perfección: buscar siempre la voluntad de Dios.

(Práctica de amor a Jesucristo, San Alfonso Mª de Ligorio)

NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA ES UN REGALO DE DIOS


Los martes, la Iglesia los dedica al Ángel de la guarda.

Dios es el centro de nuestro amor, y a veces no tenemos mucho tiempo para pensar en los espíritus angélicos. Podemos, sin embargo, ver a nuestro ángel de la guarda no como una “devoción privada” ni como un residuo de la niñez, sino como un regalo del mismo Dios, que ha querido hacernos partícipes, ya en la tierra, de la compañía de una creatura celeste que contempla ese rostro del Padre que tanto anhelamos.

Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo, como el de los niños que poseen el Reino de los cielos (cf. Mt 19,14), con el propio ángel de la guarda. Para darle las gracias por su ayuda constante, por su protección, por su cariño. Para sentirnos, a través de él, más cerca de Dios. Para recordar que cada uno de nosotros tiene un alma preciosa, magnífica, infinitamente amada, invitada a llegar un día al cielo, al lugar donde el Amor y la Armonía lo son todo para todos. Para pedirle ayuda en un momento de prueba o ante las mil aventuras de la vida.

Necesitamos repetir esa oración que la Iglesia, desde hace siglos, nos ha enseñado para dirigirnos a nuestro ángel de la guarda:

Ángel del Señor, que eres mi custodio,

puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,

ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día.

Amén.

Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net

CUIDADO CON LOS DESEOS EXAGERADOS O INSTANTÁNEOS


Otra de las trampas que produce inquietud en el alma es el llenarse de deseos y planes exagerados y dedicarse a tratar de ponerlos en práctica rápidamente. 

Los orientales dicen que tanta mayor paz tiene una persona cuánto más sabe moderar sus deseos. Cuando nos llegue algún deseo o se nos ocurra un plan, pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine si esto viene de Dios y es para nuestro mayor bien. 

Ojalá logremos consultar también a alguna persona prudente y espiritual. Y luego tratemos de mortificar nuestra demasiada vivacidad que nos quiere llevar a tratar de poner en práctica ya inmediatamente lo que se nos ha ocurrido. Esa mortificación hace más perfecta y más agradable a Dios nuestra obra que si la hubiéramos hecho con precipitación y demasiada rapidez. Las gentes prudentes dejan fermentar poco a poco las ideas en su cerebro las van cocinando con el fuego de la oración y el combustible que se llama "pedir consejo a los que saben". Decía Jesús que si se empieza una obra sin hacer cálculos acerca de sí se podrá terminar, y luego no se logra acabar, la gente se nos va a burlar y a decir: "Empezó y no fue capaz de concluir". Vayamos despacio y lograremos llegar más lejos.

- Combate espiritual, Lorenzo Scupolli-

MARÍA ES UNA PERSONA TOTALMENTE SINGULAR (ESPECIAL)


Siendo la Virgen María una persona enteramente singular, trascendente a todas las demás, y constituyendo ella un orden aparte, justamente le corresponden privilegios singularísimos que a ninguna otra persona humana o angélica pueden convenir.

«Lo primero que hemos de hacer— escribe con acierto Roschini— para tener una idea exacta de María es separarla de todas las demás cosas creadas.

Por encima de Ella no está más que Cristo. Y bajo Ella están todas las otras cosas, visibles e invisibles, materiales, espirituales y mixtas.

En la vasta escala de los seres y de su dignidad, Ella constituye un orden aparte, incomparablemente superior, no solo al orden de la naturaleza, sino también al de la gracia puesto que pertenece al orden hipostático.

Como es sabido, en el conjunto universal de todos los seres creados, la teología distingue tres órdenes completamente distintos, en orden ascensional de perfección: el orden puramente natural (al que pertenecen incluso los minerales, vegetales y animales irracionales) ; el orden sobrenatural de la gracia y de la gloria (al que pertenecen los hombres y los ángeles elevados por Dios a ese orden gratuito, incomparablemente superior al puramente natural), y el orden hipostático, que es el relativo a la encarnación del Verbo, que pertenece de manera absoluta solamente a Cristo (Dios y Hombre en una sola persona divina) y de una manera relativa a la Santísima Virgen (por la relación esencial que existe entre una madre y su verdadero hijo).

«Esta singularidad de María— observa muy bien Roschini — deriva como de fuente primaria de la singularísima misión que ha recibido de Dios, esto es, de la misión de Madre del Creador y de las criaturas. La singularidad de misión exigía en Ella la singularidad de privilegios, como la singularidad de un fin exige, lógicamente, la singularidad de medios aptos para obtenerlo».

- Teología y espiritualidad marianas, por Antonio Royo Marín O.P.-

MARÍA ES EL MEDIO MÁS SEGURO PARA IR A JESUCRISTO

El oficio de la Santísima Virgen es conducirnos con toda seguridad a Jesucristo, así como el de Jesucristo es llevarnos al Padre eterno con toda seguridad. No se engañen, pues, las personas espirituales creyendo falsamente que María les impida llegar a la unión con Dios. Porque ¿será posible que la que halló gracia delante de Dios para todo el mundo en general y para cada uno en particular estorbe a las almas alcanzar la inestimable gracia de la unión con Él? ¿Será posible que la que fue total y sobreabundantemente llena de gracia y tan unida y transformada en Dios que lo obligó a encarnarse en Ella, impida al alma vivir unida a Dios? No, de ninguna manera María impide la unión con Dios, al contrario, María es el medio más  seguro para ir a Jesucristo.

(San Luis Mª de Montfort)



EL SECRETO DE LA FELICIDAD (Santa Isabel de la Trinidad)

«Pensad qué estáis en Él, que Él se hace vuestra morada aquí abajo, que Él está en vos, que lo poseéis en lo más íntimo de vos misma, que, en cualquier hora del día y de la noche, en toda alegría o prueba, podéis encontrarlo allí, muy cerca, bien adentro. Es el secreto de la felicidad, es el secreto de los santos. 

¡Ellos sabían tan bien que eran el templo de Dios y que uniéndose a ese Dios se llega a ser “un mismo espíritu con Él, como dice san Pablo! Y así, iban a todo, bajo su resplandor.»

(Santa Isabel de la Trinidad)



CUANDO DIOS ORDENA, HASTA EL DIABLO OBEDECE



“Una mujer muy pobre llamó a una emisora de radio pidiendo ayuda a Dios   un incrédulo que también estaba escuchando este programa de radio decidió burlarse de la mujer.  obtuvo la dirección de la mujer en la estación de radio y le dijo a su secretaria que le llevara una gran cantidad de alimentos.  sin embargo, dio la siguiente instrucción: "cuando la mujer pregunte quién envió la comida, dígale que es del diablo".

Cuando la secretaria llegó a la casa de la mujer, la mujer estaba feliz y agradecida por la ayuda recibida.  comenzó a poner los paquetes de comida dentro de su pequeña casa.  entonces la secretaria le preguntó: "¿no quieres saber quién envió la comida?" la mujer respondió: “no, no me importa porque cuando Dios ordena, ¡hasta el diablo obedece!

LOS SALMOS NOS HABLAN DEL AMOR DE DIOS

Porque no fue su espada la que ocupó la tierra, 

ni su brazo el que le dio la victoria, 

sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro, 

porque tú lo amabas.

(Salmo 101)

Los ateos se empeñan en demostrar que Dios es malo, y para ello hurgan en el Antiguo Testamento (porque en el Nuevo se quedan sin argumentos al encontrar allí a Jesús y su amor que lo lleva a la muerte) y buscan en el Antiguo palabras duras, palabras vengativas, y con eso creen ya demostrar que Dios es malo, pero como vemos, también los Libros del Antiguo Testamento están repletos de frases y citas que nos muestran el inmenso amor que Dios ha tenido siempre a los hombres. Los Salmos están cargaditos del amor de Dios, pero el que se empeña en no ver, aunque le pongan mil pruebas por delante no va a ver porque ya ha decidido no ver, no creer, con estas personas de poco vale discutir, mucha oración es lo que necesitan.

(Carmen de Jesús Crucificado, O.C.D.S.)



ADORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


 

Creo con todo mi corazón, con la Iglesia Católica, 

que toda vuestra Sangre, Jesús Salvador y Dios mío, 

está contenida, está presente en el Santísimo Sacramento,

presente en vuestro Cuerpo oculto bajo 

las especies, como en vuestro Cuerpo sentado 

en el trono del cielo; yo la creo presente y 

animada, viva y glorificada, circulando a través 

de vuestras venas; 

La adoro como a la Sangre de mi Dios; 

La adoro y la contemplo con la admiración 

de mi fe, en su esplendor y en su hermosura: 

es una sangre purísima, luminosa, incorruptible, 

penetrada por la vida inmutable y gloriosa 

de la resurrección. 

La adoro y la amo con la alegría de mi corazón, 

porque es una sangre verdaderamente humana 

y de la misma naturaleza que la mía, 

es la Sangre tomada de María, que corrió de su 

corazón, que se alimentó y aumentó con la 

leche de María, y que guarda siempre, por un 

maravilloso privilegio del amor de su Hijo 

hacia su Madre, el perfume virginal de su 

fuente inmaculada. 

La adoro y la venero con un santo temor, 

porque es la Sangre del dulce Cordero degollado 

a causa de mis pecados ; ella se escapó 

de las venas de Cristo con inmensos dolores, y 

cubrió el polvo y las rocas de la gruta de la 

agonía, cayó sobre las manos de los verdugos, 

tiñó las cañas de la flagelación y la espinas 

de la corona, dejó sus huellas sobre las gradas 

del Pretorio y en las calles de Jerusalén, sobre 

los clavos y el árbol de la cruz, sobre el velo 

de María y sobre la túnica de Magdalena: allí 

y en todas partes donde existía una gota de 

ella, los Ángeles fueron a recogerla y la vertieron 

en las venas del Salvador en el momento 

de su resurrección: el Sacramento contiene 

toda la Sangre derramada por amor al hombre 

y por la expiación de sus crímenes. 

La adoro en el triple estado que reviste en 

la Eucaristía: creo que está presente en su 

totalidad en la Hostia del Tabernáculo, 

animando allí la vida perpetua de Jesús 

y haciendo resplandecer sus cinco llagas adorables. 

Creo que es derramada bajo la apariencia 

distinta del vino en el Sacrificio, reproduciendo 

así el acto final que la separó del Cuerpo de 

Cristo y dio la muerte al Salvador; pero al 

mismo tiempo la creo presente bajo una y otra 

apariencia, inseparablemente unida a la carne 

del Salvador y á su divinidad. 

Creo, por último, que se da real y totalmente 

en la Comunión; creo que permanece en el que comulga, 

para vivificar, refrescar y fecundizar su vida sobrenatural, 

mientras duran las Santas Especies.

¡Séanle dadas adoración, alabanza, honor y 

bendición!

 - Cristo Eucarístico, R.P.A. Tesniere -

ORACIÓN A SAN MIGUEL (Del santo Papa León XIII

 San Miguel Arcángel,

defiéndenos en la batalla.

Sé nuestro amparo

contra la perversidad y asechanzas

del demonio.

Reprímale Dios, pedimos suplicantes,

y tú Príncipe de la Milicia Celestial,

arroja al infierno con el divino poder

a Satanás y a los otros espíritus malignos

que andan dispersos por el mundo

para la perdición de las almas.

Amén."





SÚPLICA A LA VIRGEN PARA SER BUEN CRISTIANO (San Efrén)



Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, 

que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; 

la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; 

que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, 

en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma 

y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; 

purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos 

errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; 

líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; 

anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría 

y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, 

para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, 

y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, 

de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. 

Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, 

invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

¿CÓMO PODEMOS AYUDAR A LOS DIFUNTOS?

 Una oración por los difuntos es como un refrigerio que de nuestra alma sube hacia el cielo. También una simple invocación, una jaculatoria, un sacrificio, un acto breve de amor a Dios, tienen una eficacia extraordinaria de sufragio para aliviar o liberar a las Almas del Purgatorio.

Entre las oraciones que podemos rezar prevalecen: el Oficio de los Difuntos, el Salmo 50, el Vía Crucis, y el Santo Rosario. A todas estas u otras oraciones hay que agregar la santa Confesión y Comunión, porque hay que tener claro que hay que estar en gracia para que Dios oiga nuestras peticiones con agrado.

La Santa Misa es la oración por excelencia y la más eficaz para ayudar a las Almas purgantes.

Una sola Misa es para ellas de infinito valor. 

(Doctrina Católica sobre el Purgatorio)



NO QUEDA SIN PREMIO LO QUE HAGAMOS POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


 

En 1817, en París, una pobre mujer, que trabajaba de doméstica en una casa, tenía la piadosa costumbre de mandar celebrar una misa cada mes por las benditas almas del purgatorio. 

Habiendo perdido su trabajo por una enfermedad, al salir del hospital, tenía apenas lo suficiente para mandar celebrar una misa, pero dudaba si hacerlo o guardarse el dinero para sus urgentes necesidades, porque no tenía más. Al fin, se decidió por mandar celebrar la misa mensual. Al salir de la Iglesia, encontró un joven alto, de noble aspecto, que le dijo: “Si busca trabajo, vaya a tal dirección y lo encontrará “. 

La piadosa señora fue a la dirección indicada y, en ese preciso momento, salía despedida la anterior empleada. La señora de la casa la recibió y ella, viendo en la entrada la fotografía de un joven, le dijo: “Señora, ese es el joven que me ha hablado de venir aquí”. La dueña de casa se quedó admirada, pues era su hijo Enrique, que había muerto hacía dos años.

(Extraído del libro "Más alla de la muerte", de P. Ángel Peña O.A.R)

EL VERBO TOMÓ DE MARÍA UN CUERPO SEMEJANTE AL NUESTRO


El Verbo de Dios tomó la descendencia de Abraham, como dice el Apóstol; por eso debía ser semejante en todo a sus hermanos, asumiendo un cuerpo semejante al nuestro. Por eso María está verdaderamente presente en este misterio, porque de ella el Verbo asumió como propio aquel cuerpo que ofreció por nosotros. La Escritura recuerda este nacimiento, diciendo: Lo envolvió en pañales; alaba los pechos que amamantaron al Señor y habla también del sacrificio ofrecido por el nacimiento de este primogénito. Gabriel había ya predicho esta concepción con palabras muy precisas; NO dijo: «Lo que nacerá en ti», como si se tratara de algo extrínseco, sino de ti, para indicar que el fruto de esta concepción procedía de María.

El Verbo, al recibir nuestra condición humana y al ofrecerla en sacrificio, la asumió en su totalidad, y luego nos revistió a nosotros de lo que era propio de su persona, como lo indica el Apóstol: Esto corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad.

Estas cosas no se realizaron de manera ficticia, como algunos pensaron -lo que es inadmisible-, sino que hay que decir que el Salvador se hizo verdaderamente hombre y así consiguió la salvación del hombre íntegro; pues esta nuestra salvación en modo alguno fue algo ficticio ni se limitó a solo el cuerpo, sino que en el Verbo de Dios se realizó la salvación del hombre íntegro, es decir, del cuerpo y del alma.

Por lo tanto, el cuerpo que el Señor asumió de María era un verdadero cuerpo humano, conforme lo atestiguan las Escrituras; verdadero, digo, porque fue un cuerpo igual al nuestro. Pues María es nuestra hermana, ya que como todos nosotros es hija de Adán.

Lo que dice Juan: La Palabra se hizo carne, tiene un sentido parecido a lo que se encuentra en una expresión similar de Pablo, que dice: Cristo se hizo maldición por nosotros. Pues de la unión íntima y estrecha del Verbo con el cuerpo humano se siguió un inmenso bien para el cuerpo de los hombres, porque de mortal que era llegó a ser inmortal, de animal se convirtió en espiritual y, a pesar de que había sido plasmado de tierra, llegó a traspasar las puertas del cielo.

Pero hay que afirmar que la Trinidad, aun después de que el Verbo tomó cuerpo de María, continuó siendo siempre la Trinidad, sin admitir aumento ni disminución; ella continúa siendo siempre perfecta y debe confesarse como un solo Dios en Trinidad, como lo confiesa la Iglesia al proclamar al Dios único, Padre del Verbo.

De las Cartas de san Atanasio, obispo

(Carta a Epicteto, 5-9: PG 26, 1058. 1062-1066)

MARÍA ES LA MÁS HUMILDE DE LAS CRIATURAS


En su libro “Yo, el último exorcista”, un volumen publicado por el P. Amorth, él mismo relata algunos de los exorcismos que le tocó atender, entre ellos se transcribe un diálogo que el sacerdote mantuvo con satanás sobre la sagrada figura de la Virgen María:

P. Amorth: “¿Cuáles son las virtudes de Nuestra Señora que más te encolerizan?”

Satanás: “Ella me enfurece porque es la más humilde de todas la criaturas y porque yo soy el más orgulloso. Porque ella es la más pura de todas las criaturas y yo no. Porque ella es la más obediente a Dios y yo soy el más rebelde”.

P. Amorth: “¿Por qué temes más cuando yo digo el nombre de María que cuando digo el nombre de Jesucristo?”

Satanás: “Porque me humilla más ser derrotado por una mera criatura que por Él”.

P. Amorth: “¿Existe una cuarta cualidad de María que te enfurece?”

Satanás: “Ella siempre me frustra porque nunca ha sido tocada por ninguna mancha de pecado”.

P. Amorth, finalmente, recordó un diálogo clave que sostuvo una vez con el diablo sobre el poder del rosario. Durante un exorcismo, satanás me dijo por medio de la persona poseída: ‘Cada Ave María del rosario es para mí un golpe en la cara. Si los cristianos conocieran el poder del rosario, sería mi fin”.


(P. Amorth, el exorcista más famoso del mundo)

HE ENCONTRADO MI CIELO EN LA TIERRA


 

Vivamos con Dios como con un Amigo. Hagamos viva nuestra fe para participar de Él a través de todo. Eso es lo que hace a los santos. 

Llevamos nuestro cielo en nosotros, puesto que Aquél que sacia a los glorificados en la luz de la visión se da a nosotros en la fe y en el misterio. Es el mismo. 

Me parece que he encontrado mi Cielo en la Tierra, puesto que el Cielo es Dios y Dios está en mi alma.

El día en que comprendí eso, todo se iluminó para mí y quisiera contar ese secreto en voz muy baja a los que amo, a fin de que también ellos, a través de todo, se adhieran a Dios, y se realice esta plegaria de Cristo: “Padre, que sean consumados en el Uno”.»

(Santa Isabel de la Trinidad)

LAS TRES AVEMARÍAS


Dios te salve, María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.

Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la aumentes, llena eres de gracia, el Señor es contigo...

Dios te salve, María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames, las necesidades de tu obra y las nuestras para que las remedies, las almas de toda la humanidad para que las salves, llena eres de gracia, el Señor es contigo...

Dios te salve, María Santísima, templo, trono y sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original, alcánzanos, Virgen pura, la perseverancia final.

(La Compañía de María)

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ORACIÓN PARA SER MISERICORDIOSOS

"Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su inso...

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