Vivamos con Dios como con un Amigo. Hagamos viva nuestra fe para participar de Él a través de todo. Eso es lo que hace a los santos.
Llevamos nuestro cielo en nosotros, puesto que Aquél que sacia a los glorificados en la luz de la visión se da a nosotros en la fe y en el misterio. Es el mismo.
Me parece que he encontrado mi Cielo en la Tierra, puesto que el Cielo es Dios y Dios está en mi alma.
El día en que comprendí eso, todo se iluminó para mí y quisiera contar ese secreto en voz muy baja a los que amo, a fin de que también ellos, a través de todo, se adhieran a Dios, y se realice esta plegaria de Cristo: “Padre, que sean consumados en el Uno”.»
(Santa Isabel de la Trinidad)
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