VOTO DE OBEDIENCIA EN LA VIDA RELIGIOSA

 VOTO DE OBEDIENCIA EN LA VIDA RELIGIOSA

1. SE EXPRESA POR SUS LEGÍTIMOS REPRESENTANTES EN LAS CIRCUNSTANCIAS PROVIDENCIALES 

2. NO ES OBEDIENCIA  SEGÚN LA LETRA  O SEGÚN LA PRUDENCIA HUMANA, ES OBEDIENCIA SEGÚN EL ESPÍRITU SANTO 

Vivimos: SENTIDO DE PERTENENCIA A LA COMUNIDAD.

ESTE VOTO IMPLICA INTENCIÓN DE COMPROMETERME MÁS CON LA VIDA COMUNITARIA EXCLUYE EL ESPÍRITU DE CRÍTICA CONTRA LAS LEGÍTIMAS AUTORIDADES

El miembro de la Orden debe adaptarse a las normas de la Comunidad y no al contrario, eso será soberbia y desobedencia.

Un miembro que entra poniendo condiciones carece de espíritu de obediencia. Si esto ocurriese, el maestro de formación o maestra tendrá que discernir a la luz del Espíritu Santo que posiblemente Dios NO está llamando a esta persona a esa Comunidad y en conciencia debe actuar sin miras ni respetos humanos, sino buscando siempre la voluntad de Dios.



MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA


La maternidad divina de María constituye el primer principio básico y fundamental de toda la mariología por tres razones:

1ª Se trata de una verdad expresamente revelada por Dios en la misma Sagrada Escritura y expresamente definida por la Iglesia como dogma de fe .

«María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo» (M t 1,16).

«Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre...» (Jn 19,25).


2ª Expresa una sola verdad absoluta, no dos o más,  sin necesidad de nuevas añadiduras extrínsecas o accidentales.


3ª Constituye el último fundamento y la base objetiva de todas las demás verdades mariológicas.

Todos los atributos y privilegios excepcionales de María, todos ellos— sin ninguna excepción— le fueron concedidos en atención a su divina maternidad, o sea, porque había de ser la Madre del Verbo encarnado (predestinación, inmaculada concepción, plenitud inicial de gracia, etc.).

(Antonio Royo Marín, Teología y espiritualidad marianas)

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA CONFESIÓN

 Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado (Salmo 31)  

 ¿Por qué, Señor, he tardado tanto en venir

a Ti para templar la amargura que por 

tanto tiempo ha angustiado mi espíritu? 

¿Por qué, insensato de mí, corrí lejos de tu santa ley 

privando a mi alma de la dulce alegría que tienes reservada 

a los que con corazón contrito y humillado, confiesan 

sus culpas y te mueven a borrar su pecado 

por medio de un arrepentimiento sincero? 

El horrible peso que me oprimía no existe ya,

Tú has calmado los sinsabores, la agitación y la inquietud 

que mil veces han turbado mi reposo. 

Tú me has perdonado y me has devuelto la 

paz , ¿cómo podré pagarte, Dios mío, 

este nuevo acto de ternura, de compasión 

y de misericordia?

Tú has visto el estado de mi alma y  

acabas de oír de mis labios la confesión de mis iniquidades, 

y me has perdonado, sí, porque has prometido el perdón 

a los pecadores que vienen a Ti con un corazón arrepentido. 

Mas ¿puedo estar satisfecho de mi contrición? 

¿he llorado bastante sobre mis delitos? 

Señor, Tú que conoces la medida de mi arrepentimiento, 

auméntalo con tu gracia hasta el extremo que necesito 

para ser enteramente justificado, y si tuviere la dicha de estarlo ya, 

no obstante, lavadme todavía, purificadme mucho más.

Auxilíame para no quebrantar el firme propósito 

que he hecho de no volver a ofenderte; 

sostenme para no caer de nuevo en las culpas 

de que me he acusado, y para perseverar en el propósito 

de no ofenderte: no permitas que falte a la penitencia 

que me ha sido impuesta, sino que cumpliendo fielmente 

con ella, deplorando siempre mi pecado, la muerte me encuentre 

digno de ir a alabarte eternamente en el cielo, 

a bendecirte con los Ángeles y a disfrutar las delicias 

que tienes reservadas a los que ponen en Ti toda su esperanza.






ORACIÓN POR LAS VOCACIONES


 

Señor Jesús,

Tú sientes compasión al ver la multitud 

que está como oveja sin pastor.

Suscita en nuestra Iglesia una nueva primavera

de vocaciones.

Te pedimos que envíes Sacerdotes que sean

pastores según tu corazón misericordioso.

Consagrados que transparenten la alegría y la

belleza de vivir el Evangelio.

Laicos inmersos en el mundo, que te hagan

presente con su vida y su palabra.

Jesús, Maestro y Pastor, 

continúa llamando a los jóvenes; 

abre sus corazones 

para que puedan oír tu voz inconfundible.

María, Madre de todos nosotros, 

enséñales a pronunciar el "Sí" 

que da significado a la existencia.

San José, custodio fiel del Niño Jesús,

encomendamos nuestros ruegos 

a tu poderosa intercesión. Amén. 

DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO? (Salmo 21)

 

Dios mío, Dios mío, 

 ¿por qué me has abandonado? 

 a pesar de mis gritos, 

 mi oración no te alcanza. 

 Dios mío, de día te grito, 

 y no respondes; 

 de noche, y no me haces caso; 

 aunque tú habitas en el santuario, 

 esperanza de Israel. 

En ti confiaban nuestros padres; 

 confiaban, y los ponías a salvo; 

 a ti gritaban, y quedaban libres; 

 en ti confiaban, y no los defraudaste. 

Pero yo soy un gusano, no un hombre, 

 vergüenza de la gente, 

 desprecio del pueblo; 

 al verme, se burlan de mí, 

 hacen visajes, menean la cabeza: 

 "acudió al Señor, que lo ponga a salvo; 

 que lo libre si tanto lo quiere". 

Tú eres quien me sacó del vientre, 

 me tenías confiado 

 en los pechos de mi madre; 

 desde el seno pasé a tus manos, 

 desde el vientre materno tú eres mi Dios. 

 No te quedes lejos, 

 que el peligro está cerca 

 y nadie me socorre. 

Me acorrala un tropel de novillos, 

 me cercan toros de Basán; 

 abren contra mí las fauces 

 leones que descuartizan y rugen. 

Estoy como agua derramada, 

 tengo los huesos descoyuntados; 

 mi corazón, como cera, 

 se derrite en mis entrañas; 

mi garganta está seca como una teja, 

 la lengua se me pega al paladar; 

 me aprietas 

 contra el polvo de la muerte. 

Me acorrala una jauría de mastines, 

 me cerca una banda de malhechores; 

 me taladran las manos y los pies, 

 puedo contar mis huesos. 

Ellos me miran triunfantes, 

 se reparten mi ropa, 

 echan a suerte mi túnica. 

Pero tú, Señor, no te quedes lejos; 

 fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. 

 líbrame a mí de la espada, 

 y a mí única vida de la garra del mastín; 

 sálvame de las fauces del león; 

 a éste pobre, de los cuernos del búfalo. 

Contaré tu fama a mis hermanos, 

 en medio de la asamblea te alabaré. 

POESÍA A MARÍA, DE ANTONIO ARNAO



María, cuya frente

baña la aurora eterna,

cual sol resplandeciente,

consuelo del mortal.


A todo el que te implora

con voz humilde y tierna,

muestra por fin, Señora,

la patria celestial.


María, cuyo seno

del Verbo fue morada;

edén por gracia lleno

del más divino amor.


Pues miras el quebranto

del alma conturbada,

preste tu excelso manto

refugio al pecador.


María poderosa,

Reina del cielo y tierra,

que huellas victoriosa

la frente de Luzbel.


Por Dios que hacerte pudo

vencer en cruda guerra,

sé del cristiano escudo,

imán del pecho infiel.


Cual siervo de tu nombre,

lucero de los mares,

así se humilla el hombre

buscando vida y luz.


Y al fin, de polo a polo,

del mundo en los altares

reine doquier tan solo

la gloria de la Cruz. Amén.

(Antonio Arnao)


MARÍA ES EL CAMINO PERFECTO

La devoción a la Santísima Virgen es camino perfecto para ir a Jesucristo y unirse a Él. Porque María es la más perfecta y santa de las puras criaturas, y Jesucristo, que ha venido a nosotros de la manera más perfecta, no tomó otro camino para viaje tan grande y admirable que María. 

El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible y EL QUE ES ha querido venir a nosotros, gusanillos y que no somos nada. ¿Cómo sucedió esto?

El Altísimo descendió de manera perfecta y divina hasta nosotros por medio de la humilde María, sin perder nada de su divinidad y santidad. Del mismo modo, deben subir los pequeñuelos hasta el Altísimo perfecta y divinamente y sin temor alguno a través de María.

El Incomprensible se dejó abarcar y encerrar perfectamente por la humilde María, sin perder nada de su inmensidad. Del mismo modo, debemos dejarnos contener y conducir perfectamente y sin reservas por la humilde María.

El Inaccesible se acercó y unió estrecha, perfecta y aun personalmente a nuestra humanidad por María, sin perder nada de su Majestad. Del mismo modo, por María debemos acercarnos a Dios y unirnos a su Majestad perfecta e íntimamente, sin temor de ser rechazados.

Finalmente, EL QUE ES quiso venir a lo que no es y hacer que lo que no es, llegue a ser Dios o El que es.  Esto lo realizó perfectamente entregándose y sometiéndose incondicionalmente a la joven María, sin dejar de ser en el tiempo El que es en la eternidad. 

Del mismo modo, nosotros, aunque no seamos nada, podemos por María llegar a ser semejantes a Dios por la gracia y la gloria, entregándonos perfecta y totalmente a Ella, de suerte que, no siendo nada por nosotros mismos, lo seamos todo en Ella, sin temor de engañarnos.

(Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María, San Luis María de Montfort)

QUIEN NO AMA AL PRÓJIMO NO AMA A DIOS (Palabras de Jesús a Santa Catalina de Siena)

 Quien me ama de veras, hace bien a su prójimo. No puede ser de otra manera , porque yo y el prójimo somos una sola cosa, y en la medida en que una persona me ama, así ama al prójimo, ya que el amor a él procede del amor a mí. 

Este es el intermediario que os he puesto para que ejercitéis y deis prueba de la virtud en vosotros; puesto que ya que no podéis hacerme el bien a mí, debéis hacérselo al prójimo. 

La prueba de que vosotros me tenéis en el alma por la gracia, se manifiesta en el fruto de vuestras santas y frecuentes oraciones, buscando mi honor y la salvación de las almas. 

Enamorada el alma de mi verdad, se dedica a fijar su atención en las necesidades del prójimo en particular. Por eso socorre a quienes se hallan más cercanos, de acuerdo con las gracias que le he concedido administrar unos, con la palabra cargada de doctrina, aconsejando con sinceridad, sin miramiento alguno; otros, con el ejemplo de vida. Esto deben hacerlo todos, edificando al prójimo con buena, santa y honesta vida.

(Diálogos, Santa Catalina de Siena)



EUCARISTÍA, FUENTE DE LA VIDA CRISTIANA


El sacrificio eucarístico o Santa Misa es el centro de la vida cristiana y el culmen de la acción por la que Dios santifica al mundo en Cristo, y del culto que los hombres ofrecen al Padre. 

Hagan de la Eucaristía el centro espiritual de la comunidad y tribútenle un culto fervoroso y asiduo. 

Busquen dedicar cada día un tiempo prolongado a la adoración y visiten con frecuencia a Cristo Eucaristía quien, lleno de gracia y de verdad, ordena las costumbres, forja el carácter, alimenta las virtudes, consuela a los afligidos, fortalece a los débiles, incita a su imitación y santifica a los que se acercan a él».

En la Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: EL MISMO CRISTO. Por eso la Santa Misa es el centro del día, el lugar en que nuestros esfuerzos humanos, unidos en la patena al ofrecimiento de Cristo, suben a Dios, le dan perfecta Gloria y reciben un valor eterno; y de Dios desciende a nosotros gracia sobreabundante para nutrir el alma y dar testimonio. De ahí que la Eucaristía sea verdaderamente “fuente y culmen de toda la vida cristiana”, donde nos unimos íntimamente a él por la comunión de su cuerpo y de su sangre.

(Concilio Vaticano II)

ELEVACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD


 

¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayúdame a olvidarme enteramente de mí para establecerme en Ti, inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti, ¡oh mi Inmutable!, sino que cada minuto me sumerja más en la hondura de tu Misterio.

Inunda mi alma de paz; haz de ella tu cielo, la morada de tu amor y el lugar de tu reposo. Que nunca te deje allí solo, sino que te acompañe con todo mi ser, toda despierta en fe, toda adorante, entregada por entero a tu acción creadora.

¡Oh, mi Cristo amado, crucificado por amor, quisiera ser una esposa para tu Corazón; quisiera cubrirte de gloria amarte… hasta morir de amor! Pero siento mi impotencia y te pido «ser revestida de Ti mismo»; identificar mi alma con todos los movimientos de la tuya, sumergirme en Ti, ser invadida por Ti, ser sustituida por Ti, a fin de que mi vida no sea sino un destello de tu Vida. Ven a mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.

¡Oh, Verbo eterno, Palabra de mi Dios!, quiero pasar mi vida escuchándote, quiero hacerme dócil a tus enseñanzas, para aprenderlo todo de Ti. Y luego, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas las impotencias, quiero fijar siempre la mirada en Ti y morar en tu inmensa luz. ¡Oh, Astro mío querido!, fascíname para que no pueda ya salir de tu esplendor.

¡Oh, Fuego abrasador, Espíritu de Amor, «desciende sobre mí» para que en mi alma se realice como una encarnación del Verbo. Que yo sea para El una humanidad suplementaria en la que renueve todo su Misterio.

Y Tú, ¡oh Padre Eterno!, inclínate sobre esta pequeña criatura tuya, «cúbrela con tu sombra», no veas en ella sino a tu Hijo Predilecto en quien has puesto todas tus complacencias.

¡Oh, mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad donde me pierdo!, yo me entrego a Ti como una presa. Sumergíos en mí para que yo me sumerja en Vos, mientras espero ir a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.

(Santa Isabel de la Trinidad, Carmelita)

QUE VUESTRA ALMA SEA UN SANTUARIO (Santa Isabel de la Trinidad)

Que vuestra alma sea Su santuario, su reposo en esta tierra en donde es tan ofendido. Que Él haga de vuestra alma un pequeño cielo en donde pueda descansar con felicidad. 

Quitad de ella todo lo que pudiera herir su mirada divina.  Vivid con Él dondequiera que estéis, cualquier cosa que hagáis,  Él no os abandona nunca. Permaneced pues sin cesar con Él. 

Entrad en el interior de vuestra alma: Lo encontraréis siempre allí, queriendo haceros bien. 

Hago por vos una oración que san Pablo hacía por los suyos: pedía que “Jesús habitara por la fe en sus corazones a fin de que estuviesen arraigados en el amor”. 

Esta palabra, ¡es tan profunda, tan misteriosa! Sí, que el Dios todo amor sea vuestra morada inmutable, vuestra celda y vuestro claustro en medio del mundo. Recordad que Él permanece en el centro más íntimo de vuestra alma como en un santuario en donde quiere ser amado hasta la adoración.

(Santa Isabel de la Trinidad, Carmelita)



SAN JOSÉ ES MODELO DE CONTEMPLACIÓN


 

José, viviendo con Jesús y María en Nazaret y trabajando en su taller de carpintería con Jesús, es el modelo de la oración contemplativa, es decir, de la oración iniciada directamente y llevada a cabo por el don del Espíritu Santo. 

Durante los años de la vida oculta de Jesús en Nazaret, María y José experimentaron, sin duda, y compartieron la relación de Jesús con su Padre celestial. 

Con María, José fue testigo de que Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lucas 2,52) y de que continuamente reflexionaba en su corazón sobre todas estas cosas. 

San José también se maravillaba de la presencia del espíritu de Dios en el corazón puro de su esposa. 

Debido a su familiaridad con Dios y las cosas de Dios, José es capaz de enseñar a aquellos que recurren a él no sólo a disfrutar de la Presencia Divina, sino también a trabajar de tal manera que se propicie la contemplación en medio de trabajo. 

San José contempló, disfrutó y amó al Hijo de Dios mientras ejercía una gran energía en su taller de carpintería. ¿Cree usted que su trabajo lo distraía por un momento de nuestro Señor, su Hijo? San José ayuda a todos los cristianos a ser hombres y mujeres de profunda oración, de oración contemplativa, y a santificar el trabajo humano haciéndolo en compañía de Cristo. La conciencia de la presencia de San José en la oración emerge a menudo cuando Dios llama a un cristiano a una unión más profunda y contemplativa con Él

(San José, nuestro padre en la fe, P. Frederick L. Miller)

ORACIÓN POR LAS FAMILIAS

 Sagrada Familia de Nazaret,

enséñanos el recogimiento, la interioridad; 

danos la disposición de escuchar 

las buenas inspiraciones 

y las palabras de los verdaderos maestros. 

Enséñanos la necesidad del trabajo de reparación, 

del estudio, de la vida interior personal, 

de la oración, que sólo Dios ve en lo secreto;

enséñanos lo que es la familia, su comunión de amor, 

su belleza simple y austera, su carácter sagrado 

e inviolable. Amén.

(Devocionario Católico)



CONOCE A SAN JUDAS TADEO



 Lo que NO es san Judas Tadeo:

- No es Judas Iscariote.

- No hace milagros.

- No protege criminales.

- No es vengativo (Los santos no escuchan la oración de quienes desean hacer el mal a otros).

- No se le adora.

- No se le pide a la imagen.

- No es amuleto de buena suerte.

- No es amuleto para tener dinero.

- No tiene nada que ver con Malverde ni con la mal llamada santa muerte.

Lo que SÍ es San Judas Tadeo:

- Es un apóstol.

- Es siervo de Dios.

- Es modelo de santidad, igual que los demás Santos de Dios.

- Es Santo mártir.

- Se venera.

- Intercede.

- Se le pide al santo, a quien la imagen representa.

- Está en el cielo.

- Adora a Dios junto con toda la iglesia Triunfante, militante y purgante.

Católico supersticioso que deforma la devoción a San Judas Tadeo, es un verdadero idólatra.

CÓMO APLACAR LA IRA

 El Espíritu Santo dice que el enojo en el seno de los necios reposa (Eccl., VII, 10). La ira hace su asiento en el corazón de los insensatos, que aman poco a Jesucristo; mas en el corazón de los verdaderos amantes de Jesucristo, si llegare a entrar por sorpresa, luego es arrojada y no puede en él habitar. Quien ama con todo corazón al Redentor, no vive malhumorado, porque, no queriendo sino lo que Dios quiere, tiene siempre cuanto quiere, por lo que vive tranquilo y siempre igual en su conducta. 

La voluntad divina le tranquiliza en todas las adversidades que le acaecen, y por eso ejercita la mansedumbre absolutamente con todos. Pero esta mansedumbre no se puede alcanzar si no se ama mucho a Jesucristo, porque es un hecho que no llegaremos a ser mansos ni suaves con los demás mientras no sintamos gran ternura hacia Jesucristo. 

Mas, por cuanto tal ternura sensible no siempre está en nuestra mano, es preciso que en la oración mental nos dispongamos a resistir los encuentros que nos acometieren en el día. Así hicieron los santos, y se hallaron prestos a recibir paciente y humildemente las injurias, golpes y heridas. 

Cuando el prójimo nos insulte, si no estamos preparados, nos  dominará la ira, porque entonces la pasión nos pintará como muy puesto en razón rechazar intrépidamente la audacia de quien tan indignamente nos maltrata. Pero, como dice San Juan Crisóstomo, no es medio muy a propósito para extinguir el fuego de la ira con el fuego de la respuesta inflamada en ira, porque «fuego con fuego –dice el Santo– no puede extinguirse». Replicará alguno: «No es puesto en razón usar de cortesías y afabilidades con el temerario que ofende sin razón». A esto respondo con San Francisco de Sales: «Hay que ejercitarse en la mansedumbre, no sólo en lo que es conforme a razón, sino en lo que es contrario a ella». 

Una respuesta blanda aplaca el furor, mas una palabra molesta suscita la ira, dice el Espíritu Santo (Prov., XV, 1). Y cuando el ánimo estuviere turbado, lo mejor será entonces callar, y hacer como San Francisco de Sales, un pacto con la lengua: «Hice pacto –escribe– con mi lengua de no hablar cuando tuviese perturbado el corazón». 

(Práctica de amor a Jesucristo, san Alfonso Mª de Ligorio)




DIOS NOS AMA, SOMOS HERMANOS DE CRISTO


La gracia de Dios es enteramente gratuita; pero una vez poseída nos da la capacidad de merecer el cielo a título de justicia, lo que quiere decir que tenemos que ganarnos el Cielo, tenemos esa capacidad y ese deber, ya que la operación sigue la naturaleza del ser y el valor de una obra proviene ante todo de la dignidad del que la efectúa.

Por la gracia, Dios nos hace hermanos de Cristo y coherederos con Él,—lo dice expresamente San Pablo en el texto de la Epístola a los Romanos, y también dice San Agustín, «el que dice '"Padre nuestro» al Padre de Cristo, ¿qué le dice a Cristo sino «hermano nuestro»?. 

Por el hecho mismo de que la gracia nos comunica una participación de la vida divina que Cristo posee en toda su plenitud, es forzoso que vengamos a ser hermanos suyos.  Cristo quiso hacerse nuestro hermano según la humanidad para hacernos hermanos suyos según la divinidad. 

En el orden de la naturaleza, Jesucristo es el Hijo único; pero en el de la adopción y la gracia es Cristo nuestro hermano mayor, a la vez que nuestra Cabeza y la causa de nuestra salud. Por esta razón el Padre se digna mirarnos como si fuésemos una misma cosa con su Hijo. Nos ama como a Él, lo tiene por hermano nuestro y nos confiere un título a su misma herencia. Somos coherederos de Cristo.  Por esta causa, hemos de compartir con Él el amor y la herencia del Padre celestial.

En definitiva, todo acabará realizándose como deseó Cristo: que seamos uno con Él, como Él es uno con el Padre celestial, ¡Realidades divinas que debieran enloquecernos de gratitud y de amor! 

(Teología de la perfección cristiana, Antonio Royo Marín)

LO PEOR ES EL PECADO



El pecado es el peor de los males. Peor que la misma muerte, que sólo es un mal si nos sorprende en pecado. La muerte en paz con Dios es el paso a una eternidad feliz.

Todos los demás males se acaban con esta vida. Sólo el pecado atormenta en la otra.

Muchas personas endurecidas para lo espiritual, viven tranquilamente en el pecado, pero su sorpresa en la otra vida será terrible. Entonces se darán cuenta de que se equivocaron en lo principal de su vida: salvarse eternamente.

Hay en el hombre un afán, a veces desmedido, de poseer, de gozar, de ser independiente. Se dan en él: ambición de dinero, hipocresía, injusticias, egoísmo, soberbia, cobardía, mentira. Estos vicios repercuten en la sociedad. Producen malestar, indignación, rebeldía. Jesús proclamó la verdad, no pactó nunca con el pecado y la injusticia. Esta actitud de rechazo y denuncia le llevó a la muerte.

Jesús, al condenar el pecado, quería hacer una llamada a la dignidad del hombre: el hombre, por el pecado, además de rechazar a Dios se hace esclavo de las cosas que valen menos que él.

(Para salvarte, P. Jorge Loring)

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