¡Oh Corazón amabilísimo de mi Salvador, Corazón enamorado de los hombres,
cuando tan tiernamente los amáis;
Corazón, en suma, digno de reinar
y poseer nuestro corazón,
ojalá que pudiera yo hacer que todos los hombres
comprendieran el amor que les profesáis
y las finezas que reserváis para las almas
que os aman sin reserva!
Por favor, dignaos, Jesús mío,
aceptar la ofrenda y el sacrificio que os hago de mi voluntad;
dadme a conocer lo que de mí queréis,
que quiero ejecutarlo todo con vuestra gracia.
cuando tan tiernamente los amáis;
Corazón, en suma, digno de reinar
y poseer nuestro corazón,
ojalá que pudiera yo hacer que todos los hombres
comprendieran el amor que les profesáis
y las finezas que reserváis para las almas
que os aman sin reserva!
Por favor, dignaos, Jesús mío,
aceptar la ofrenda y el sacrificio que os hago de mi voluntad;
dadme a conocer lo que de mí queréis,
que quiero ejecutarlo todo con vuestra gracia.
(San Alfonso Mª de Ligorio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario