María, virgen y madre santísima,
acabo de recibir a tu hijo, Jesucristo,
a quien en tu seno inmaculado engendraste,
alimentaste y a quien arrullaste
en tus brazos maternales.
Vengo a ti, con humildad y amor
a pedirte que me enseñes a amarlo
con un corazón como el tuyo y
a ofrecerlo a la Trinidad santísima
en culto supremo de latría,
para tu honor y gloria
y por todas mis necesidades
y las del mundo entero.
Te ruego, Madre piadosísima,
que me obtengas el perdón
de todos mis pecados,
la gracia abundante de servir
a Cristo, y el don de la perseverancia final,
para que pueda alabarlo contigo,
por los siglos de los siglos. Amén.
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