DAME TU FUERZA

 Padre, haz que mis ojos 
vean lo que Tú ves, 
haz que mis oídos oigan 
el estruendo de tu voz 
en las ondas de lo creado. 
Haz que mi hablar sea 
un baño de palabras de néctar, 
que se viertan sobre hombres 
presa de amargura. 
Haz que mis labios sólo canten 
los cantos de tu amor y tu alegría. 
Padre amado, 
realiza por medio de mí la obra de la verdad. 
Ten mis manos ocupadas 
en servir a todos los hombres. 
Haz que mi voz esparza de continuo 
semillas de amor para Ti 
en el terreno de los hombres que te buscan. 
Haz que mis pies avancen siempre 
por el camino de la justicia. 
Guíame de mi ignorancia a tu luz. 
Padre, mueve mi corazón 
y hazme sentir simpatía 
por todas las criaturas vivientes.
Que tu Palabra sea el Maestro de la mía. 
Piensa con mis pensamientos, 
porque mis pensamientos 
son tus pensamientos, 
mi mano es tu mano, 
mis pies son tus pies, 
mi vida es tu fuerza 
para hacer justicia entre los hombres. 
(Yoganada. “Gritos y Plegarias”, p. 303)



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