HOY ES MI DÍA


 Muchos conocen el mal estado de su conciencia y hasta desean mejorar de comportamiento, pero se dejan engañar por una trampa sumamente peligrosa: dejar para más tarde el empezar a reformarse seriamente. Se les olvida que quien siempre dice: "Mas tarde", termina por decir: "Nunca jamás". 

Porque la excusa tramposa consiste en decir: "Voy a dedicarme primero a algunos asuntos que tengo entre manos y después veré cómo tratar de mejorar mi conducta". Y el "después" se les convierte en "nunca".

A Antígono, rey de Macedonia, lo llamaban "el señor más tarde", porque siempre que le pedían un favor respondía con esa frasecita: "más tarde" y después se quedaba sin conceder los favores que le habían pedido. 

Los campesinos repiten un refrán que dice: "El que guarda para luego, guarda para el perro", que es como afirmar: "Dejar para más tarde es dar por perdido lo que se debería hacer ahora". 

Hay un lema muy provechoso: "Hoy es mi día". Si voy a empezar a tener un trato amable, ¿por qué no empezar desde hoy mismo? ¿Para qué dejar para después? ¿Voy a empezar a callar lo que no debo decir? ¿Desde cuándo? ¿Desde mañana? ¿Y por qué no desde hoy mismo? ¿Quiero dominar mis ojos para que no se vayan tras lo que no conviene a mi alma? ¿Desde la semana entrante? ¿Y no sería mejor desde ahora mismo? ¿Quién me asegura que el mañana llegará para mí? 

El Apóstol Santiago dice: "No digan 'mañana haré tal o cual cosa', porque no sabemos si el mañana llegará para nosotros". ¿Deseo hacer alguna pequeña penitencia por mis pecados y por la salvación de las almas? Muy bien. Pero lo mejor será empezar desde hoy mismo, no sea que mañana ya no tenga deseo o voluntad de hacerla. 

Cada uno de nosotros debería repetir lo que un pecador respondió a un santo predicador que le preguntó: ¿Y usted cuándo se quiere convertir? -y el otro respondió: "Me quiero convertir hoy mismo". 

Señor, que yo vea. Cuando algún ciego deseaba que Jesús le quitara su terrible ceguera le gritaba "Señor que yo vea". Algo semejante deberíamos suplicarle muchas veces también nosotros "Señor que yo vea, qué es lo que en mí debo corregir y cómo corregirlo". Y recordando nuestra terrible debilidad y flojedad para ser capaces de atacar al mal, repetir a Dios las palabras que en la Santa Biblia dijo el héroe Balac: "Si vienes conmigo, iré al combate; si no vienes no me atrevo".

(El combate espiritual, P. Lorenzo Scupoli)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

ORACIÓN PARA SER MISERICORDIOSOS

"Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su inso...

ENTRADAS POPULARES