CUIDADO CON LA SUPERSTICIÓN



Peca contra Dios quien tiene fe en adivinos, echadores de cartas, horóscopos, espiritistas y curanderos; también quien cree en serio cosas supersticiosas (mala suerte del nº 13, cadena de oraciones, etc.); quien niega o duda voluntariamente de alguna verdad de fe, o ignora por culpa suya lo necesario de la Religión. «Ha de considerarse supersticioso creer que ciertas acciones o prácticas concedan gracias especiales de forma automática sin contar con las disposiciones del que las practica». 

Los horóscopos ningún modo pueden servir para predecir los actos futuros libres de los hombres. Pretender determinar los hechos futuros a partir de los astros, plantea necesariamente la negación de la libertad humana. 

El Catecismo de la Iglesia Católica dice “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a mediums, estas cosas encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. 

Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios. Todo género de adivinación, en definitiva, nace de la falta de fe en el Dios verdadero; y es el resultado del abandono de la auténtica fe.

El hombre o es religioso o es supersticioso. Muchos que no creen en las verdades de la Religión, luego creen en las mentiras y engaños de adivinos, brujos y espiritistas.

Como dijo Chesterton: «No creer en Dios no significa no creer en nada; significa creer en todo». 

(Padre Jorge Loring, "Para salvarte")

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