Espíritu Santo,
dulce huésped y consolador de mi alma,
ven a transformarme en Cristo,
y sostenme en la misión de instaurar su reino.
Te suplico me concedas tus siete dones
e incrementes en mí la fe, la esperanza y la caridad,
que recibí el día de mi bautismo.
Ayúdame a ser dócil a tus inspiraciones
para caminar por el sendero de la voluntad de Dios.
Amén.
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