La adoración nocturna del jueves.
Hice la adoración desde las once hasta las doce.
Hice esta adoración por la conversión de los pecadores empedernidos
y especialmente por los que perdieron la esperanza en la Divina Misericordia.
Meditaba sobre lo mucho que Dios sufrió y lo grande que es el amor que nos mostró,
y nosotros no creemos que Dios nos ama tanto.
Oh Jesús, ¿Quién lo comprenderá? ¡Qué dolor para nuestro Salvador!
Y ¿cómo puede convencernos de su amor si su muerte no llega a convencernos?.
Invité a todo el cielo a que se uniera a mí para
compensar al Señor la ingratitud de ciertas almas.
(Santa Faustina, diario de la Divina Misericordia)
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