De tres maneras, dice Suárez, ha cooperado la Madre de Dios a nuestra salvación: primero, habiendo merecido con mérito de congruo la encarnación del Verbo; segundo, habiendo rogado mucho por nosotros, y tercero, habiendo ofrecido de todo corazón la vida de su Hijo por nuestra salvación.
Y por eso ha establecido justamente el Señor que habiendo cooperado María con tanto amor al bien de los hombres y con tanta gloria a la salvación de todos, todos obtengan por su medio también la salvación.
María es llamada la cooperadora de nuestra justificación porque a ella le ha confiado Dios todas las gracias que se nos dispensan.
Por lo que, afirma san Bernardo, todos los hombres, pasados, presentes y por venir, deben ver en María como el medio de lograr la salvación junto con Jesucristo y la negociadora de la misma durante todos los siglos.
(San Alfonso Mª de Ligorio)
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