DIME, MADRE, poesía de Ana Isabel Carballo


 

Me aceptaste, Madre,

en tu joven cuerpo

con un sí creyente,

sin importarte el desvelo.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Me cuidaste, Niña,

con el amor más perfecto.

Maestra de madres,

Amor en tu seno.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Me guiaste, mi Cielo,

en mis torpes pasos

cuando, aún niño,

correteaba a tu lado.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Y dime, Madre,

¿por qué me buscabas?

Si en la cosas del Padre

sabías que andaba.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


La espada clavada

comenzaba a rasgar el alma,

pero tú, silenciosa,

sobre mis pies caminabas

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Madre, dime,

¿por qué sufrías?

En tu corazón el dolor

y en mi cuerpo las heridas.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Rota tu Vida en un instante,

al mundo gritabas en silencio

“¡pero qué le hacéis a mi Hijo!,

aún es un niño, ¿no lo estáis viendo?”

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.


Y dime entonces, Madre,

¿por qué me llorabas?

Si sabías que así

la Vida al mundo le daba.

Y aquí me tienes, Eucaristía, por ellos.

(Ana Isabel Carballo)

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