Jesucristo,
te ofrezco este día que empieza
y renuevo mi consagración total a ti,
para que seas tú el criterio, centro y modelo
de mi vida.
Concédeme la gracia de conocerte íntimamente,
en el Evangelio, la Eucaristía y la cruz,
y ayúdame a imitarte en la entrega al prójimo.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Que tu amor hacia la humanidad penetre todo mi ser.
Impúlsame a abrazar la cruz en mi vida,
reparar por los pecados
y entregarme a los hombres.
Que el anhelo por la instauración de tu reino
me lleve a transformarme cada día más en ti
y llevar la luz del Evangelio a todos los hombres,
consciente del valor de cada alma.
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