Ya que estaba determinado que la Virgen Madre de Dios nacer铆a de Ana, la naturaleza no se atrevi贸 a adelantarse al germen de la gracia, sino que esper贸 a dar su fruto hasta que la gracia hubo dado el suyo. Conven铆a, en efecto, que naciese como primog茅nita aquella de la hab铆a de nacer el primog茅nito de toda la creaci贸n, en el cual todo se mantiene.
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¡Oh bienaventurados esposos Joaqu铆n y Ana! Toda la creaci贸n os est谩 obligada, ya que por vosotros ofreci贸 al Creador el m谩s excelente de todos los dones, a saber, aquella madre casta, la 煤nica digna del Creador.
Al茅grate, Ana, la est茅ril, que no dabas a luz, rompe a cantar de j煤bilo, la que no ten铆as dolores. Salta de gozo, Joaqu铆n, porque de tu hija un ni帽o nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, y ser谩 llamado: «脕ngel del gran designio» de la salvaci贸n universal, «Dios guerrero». Este ni帽o es Dios.
¡Oh bienaventurados esposos Joaqu铆n y Ana, totalmente inmaculados! Sois conocidos por el fruto de vuestro vientre, tal como dice el Se帽or: Por sus frutos los conocer茅is. Vosotros os esforzasteis en vivir siempre de una manera agradable a Dios y digna de aquella que tuvo en vosotros su origen. Con vuestra conducta casta y santa, ofrecisteis al mundo la joya de la virginidad, aquella que hab铆a de permanecer virgen antes del parto, en el parto y despu茅s del parto; aquella que, de un modo 煤nico y excepcional, cultivar铆a siempre la virginidad en su mente, en su alma y en su cuerpo.
¡Oh cast铆simos esposos Joaqu铆n y Ana! Vosotros, guardando la castidad prescrita por la ley natural, conseguisteis, por la gracia de Dios, un fruto superior a la ley natural, ya que engendrasteis para el mundo a la que fue madre de Dios sin conocer var贸n. Vosotros, comport谩ndoos en vuestras relaciones humanas de un modo piadoso y santo, engendrasteis una hija superior a los 谩ngeles, que es ahora la reina de los 谩ngeles. ¡Oh bell铆sima ni帽a, sumamente amable! ¡Oh hija de Ad谩n y madre de Dios! ¡Bienaventuradas las entra帽as y el vientre de los que saliste! ¡Bienaventurados los brazos que te llevaron, los labios que tuvieron el privilegio de besarte castamente, es decir, 煤nicamente los de tus padres, para que siempre y en todo guardaras intacta tu virginidad!
Aclama al Se帽or, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. Alzad fuerte la voz, alzadla, no tem谩is.
San Juan Damasceno, presb铆tero y doctor de la Iglesia
(Serm贸n 6, Sobre la natividad de la Virgen Mar铆a, 2.4.5.6 PG 96,663.667.670)
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