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El que estรก lleno del Espรญritu Santo habla diversas lenguas. Estas diversas lenguas son los diversos testimonios que da de Cristo, como por ejemplo la humildad, la pobreza, la paciencia y la obediencia, que son las palabras con que hablamos cuando los demรกs pueden verlas reflejadas en nuestra conducta. La palabra tiene fuerza cuando va acompaรฑada de las obras. Cesen, por favor, las palabras y sean las obras quienes hablen. Estamos repletos de palabras, pero vacรญos de obras, y, por esto, el Seรฑor nos maldice como maldijo aquella higuera en la que no hallรณ fruto, sino hojas tan sรณlo. «La norma del predicador -dice san Gregorio- es poner por obra lo que predica».

En vano se esfuerza en propagar la doctrina cristiana el que la contradice con sus obras.
Pero los apรณstoles hablaban segรบn el Espรญritu les sugerรญa. ¡Dichoso el que habla segรบn le sugiere el Espรญritu Santo y no segรบn su propio sentir! Porque hay algunos que hablan movidos por su propio espรญritu, roban las palabras de los demรกs y las proponen como suyas, atribuyรฉndoselas a sรญ mismos. De estos tales y de otros semejantes dice el Seรฑor por boca de Jeremรญas: Aquรญ estoy yo contra los profetas que se roban mis palabras uno a otro. Aquรญ estoy yo contra los profetas -orรกculo del Seรฑor- que manejan la lengua para echar orรกculos. Aquรญ estoy yo contra los profetas de sueรฑos falsos -orรกculo del Seรฑor-, que los cuentan para extraviar a mi pueblo, con sus embustes y jactancias. Yo no los mandรฉ ni los enviรฉ, por eso, son inรบtiles a mi pueblo -orรกculo del Seรฑor-.
Hablemos, pues, segรบn nos sugiera el Espรญritu Santo, pidiรฉndole con humildad y devociรณn que infunda en nosotros su gracia, para que completemos el significado quincuagenario del dรญa de Pentecostรฉs, mediante el perfeccionamiento de nuestros cinco sentidos y la observancia de los diez mandamientos, y para que nos llenemos de la rรกfaga de viento de la contriciรณn, de manera que, encendidos e iluminados por los sagrados esplendores, podamos llegar a la contemplaciรณn del Dios uno y trino.
(San Antonio de Padua)

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