HAGAMOS UNA GUIRNALDA PARA CRISTO



Haremos las guirnaldas 
en tu amor floridas, 
y en un cabello mío entretejidas.

Este versillo se entiende harto propiamente de la Iglesia y de Cristo, en el cual la Iglesia, esposa suya, habla con él.
Se entiende por guirnaldas todas las almas santas engendradas por Cristo en la Iglesia, que cada una de ellas es como una guirnalda arreada de flores de virtudes y dones, y todas ellas juntas son una guirnalda para la cabeza del Esposo Cristo.
La flor que tienen las obras y virtudes es la gracia y virtud que del amor de Dios tienen, sin el cual no solamente no estarían floridas, pero todas ellas serían secas y sin valor delante de Dios, aunque humanamente fuesen perfectas. 
Pero, porque él da su gracia y amor, son las obras floridas en su amor, y en un cabello mío entretejidas.
Este cabello suyo es su voluntad de ella y amor que tiene al Amado, el cual amor tiene y hace el oficio que el hilo en la guirnalda. Porque, así como el hilo enlaza y une las flores en la guirnalda, así el amor del alma enlaza y une las virtudes en el alma y las sustenta en ella. 
Porque, como dice san Pablo, es la caridad el vínculo y atadura de la perfección.

(San Juan de la Cruz)

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