Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
En un día de invierno del año 1300 en el que nevaba abundantemente, un vecino de la localidad de Barxamaior, llamado Juan Santín, labriego...
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