Bendito sea San José,
benditas sean sus manos que trabajaron
para ganar el sustento de la Sagrada Familia,
benditos sean sus brazos que acunaron al Niño Jesús,
benditos sean sus ojos que contemplaron
extasiados al Salvador del mundo,
benditos sean sus pies que guiaron a la
Sagrada Familia a Egipto salvando así
a Jesús de una muerte segura,
bendito sea su corazó
n que permaneció
fiel y casto a su esposa y a Jesús.
Bendito seas eternamente, San José, porque
solo con tu ayuda se pudo realizar
la gran obra de la redención.
(Carmen de Jesús Crucificado, O.C.D.S.)
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