Yo me postro sobre esta tierra donde reposan los restos mortales de mis queridos padres,
parientes, amigos, y todos mis hermanos en la fe que me han precedido en el camino de la
eternidad.
Mas ¿qué puedo hacer yo por ellos? ¡Oh divino Jesús, que padeciendo y muriendo por
nuestro amor nos comprasteis con el precio de vuestra sangre la eterna vida; yo sé que
vivís y escucháis mis plegarias y que es copiosísima la gracia de vuestra redención.
Perdonad, pues oh Dios misericordioso, a las almas de estos mis amados difuntos,
libradlas de todas las penas y de todas las tribulaciones, y acogedlas en el seno de vuestra
Bondad y en la alegre compañía de vuestros Ángeles y Santos para que, libres de todo
dolor y de toda angustia, os alaben, gocen y reinen con Vos en el Paraíso de vuestra gloria
por todos los siglos de los siglos. Amén
parientes, amigos, y todos mis hermanos en la fe que me han precedido en el camino de la
eternidad.
Mas ¿qué puedo hacer yo por ellos? ¡Oh divino Jesús, que padeciendo y muriendo por
nuestro amor nos comprasteis con el precio de vuestra sangre la eterna vida; yo sé que
vivís y escucháis mis plegarias y que es copiosísima la gracia de vuestra redención.
Perdonad, pues oh Dios misericordioso, a las almas de estos mis amados difuntos,
libradlas de todas las penas y de todas las tribulaciones, y acogedlas en el seno de vuestra
Bondad y en la alegre compañía de vuestros Ángeles y Santos para que, libres de todo
dolor y de toda angustia, os alaben, gocen y reinen con Vos en el Paraíso de vuestra gloria
por todos los siglos de los siglos. Amén
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