Omnipotente Salvador
y Rey de nuestras almas
óyenos.
Danos un vivo dolor de nuestras culpas
y míranos con misericordia.
Conviértenos
y convierte a todos los hombres a ti.
Haz que sea la tierra
un lugar donde florezcan
todas las virtudes
y donde todos los hombres
te adoren y no te ofendan más.
Amén
(Anónimo)
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