VAMOS A OTRA PARTE PARA PREDICAR TAMBIÉN ALLÍ, PUES PARA ESTO HE VENIDO

Que toda alma que busca a Dios sepa que Dios la ha buscado antes. En mi lecho, por la noche, busqué al amor de mi alma. El alma busca al verbo pero el Verbo la buscó antes. Abandonada de sí misma, nuestra alma no sería más que un soplo que se va y no vuelve.
Escuchad las quejas y lamentos de aquella que yerra después de haber perdido el rumbo: Si me extravío como oveja perdida, ven en busca de su siervo, porque no he olvidado tus mandatos. Quieres volver; si dependiera de tu voluntad únicamente, ¿por qué pedirías auxilio? Es evidente que  nuestra alma quiere volver pero no puede.
No es más que uin soplo errante que, por sí solo, nunca volvería. ¿De dónde le viene esta voluntad?
Le viene porque el Verbo la ha visitado y la ha buscado.
Esta búsqueda no ha sido en vano, ya que ha sucitado la voluntad sin la cual no hay retorno posible.
No es suficiente que el alma sea buscada una vez.
La voluntad la tengo, dice san Pablo, pero no acabo de hacer el bien. ¿Qué es lo que pide , pues, el alma en el salmo citado? nada más ser buscada, no insistiría en la búsqueda si no hubiera sido hallada.
(san Bernardo de Clavaral)



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