RAZONES DE LA ENCARNACIÓN Y DE LA PASIÓN


 

Discípulo:

- Me permitiréis, Señor, una pregunta. ¿No hubierais podido encontrar, ¡oh Sabiduría Eterna!, otro plan que fuese más llevadero y más dulce para Vos y para mí? ¿Por qué no habéis adoptado otro procedimiento para salvarme y demostrarme vuestro amor, sin condenaros Vos mismo al sufrimiento, y sin obligarme a mí a haceros compañía en él? 

Sabiduría:

- Ni tú ni ninguna criatura sois capaces de penetrar el abismo insondable de los designios de mi Providencia sobre el gobierno del mundo. De mil maneras distintas pude salvar al género humano; pero dado como estaban las cosas, no era posible dar con otro medio que fuese más conveniente y provechoso. Imagínate que estando tú condenado a muerte, un amigo se ofrece a sufrir la sentencia y morir por ti. Dirías: en verdad que este mi amigo no ha podido darme muestra mayor de la sinceridad y grandeza de su amistad, y no encuentro de qué otra manera hubiera podido merecer mejor el cariño de mi alma. 

Esto, pues, es lo que ha hecho mi amor infinito, mi misericordia infinita, mi divinidad, mi humanidad, mi amor para contigo;  

¿Qué corazón habrá tan de piedra que se resista a semejante amor? 


- "Tratado de la Eterna Sabiduría". Beato Enrique Susón-

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