¿QUÉ ES EL PURGATORIO?
El Catecismo de la Iglesia Católica
enseña:
"Los que mueren en la gracia y en
la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están
seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una
purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en
la alegría del cielo"; porque “En el cielo no puede entrar
nada manchado” (Ap. 21.27)
A este lugar de purificación se le llama purgatorio.
Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura, por eso mandó Judas Macabeo hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado:
"Es, pues, un pensamiento santo y saludable el rezar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados". (2 M 12, 46).
Está claro que la mayoría de
nosotros necesitaremos una purificación para entrar al cielo después
de morir.
" Y la calidad de la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa (el cielo). Mas aquel cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño (purgatorio). Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego".
Pero para que no haya dudas, Dios ha
suscitado en muchas personas el don de tener contacto con las almas
que están en el purgatorio, éste es el caso por ejemplo de María
Simma, una sencilla mujer austriaca que tuvo la gracia de recibir
revelaciones sobre las Benditas Almas del Purgatorio.
Esta mujer vivió y murió pobre, su
testimonio es verídico, no ganaba nada con mentir, se hizo conocida
porque los difuntos la enviaban a las casas de sus familiares a
cumplir cosas que ellos habían dejado pendientes por hacer, y les
daba a las familias tantos detalles de la vida del difunto, que ella
no podría haber conocido jamás, que todo el mundo estaba asombrado,
así se hizo conocida María Simma.
Ella nos da una hermosa definición del
purgatorio:
“Diría que es una invención genial
por parte de Dios. Supongan que un día se abre una puerta y aparece
un ser de una belleza tal, nunca vista sobre la tierra, quedan
fascinados tanto más que él demuestra estar locamente enamorado de
ustedes (lo que nunca se hubiesen imaginado); se dan cuenta que
también él tiene un gran deseo de atraerlos a sí, de abrazarlos; y
el fuego del amor que quema ya en sus corazones los empuja
seguramente a precipitarse entre sus brazos. Pero ustedes se dan
cuenta, en ese preciso instante, de que hace meses que no se lavan,
que huelen mal, que se sienten horriblemente feos; Entonces se dicen
a sí mismos: "¡No es posible que yo me presente en este
estado!, es preciso que antes me lave, y luego, rápidamente, regrese
a verlo…". Pero he aquí que el amor nacido en sus corazones
es tan intenso, que este atraso es absolutamente insoportable. Y el
dolor mismo de la ausencia, aunque dure sólo pocos minutos, causa un
ardor atroz.
Pues bien, el Purgatorio es exactamente
esto. Es una espera impuesta por nuestra impureza, antes del abrazo
de Dios, una Llama de amor que hace sufrir terriblemente; Es
precisamente esta Llama, esta ardorosa nostalgia la que nos purifica
de todo lo que aún es impuro en nosotros. Me atrevería a decir que
el Purgatorio es un lugar de deseo, del deseo loco de Dios, que ya ha
sido reconocido y visto, pero al cual el alma todavía no se ha
unido".
María Simma coincide con santa
Catalina de Génova en su definición del purgatorio, veamos lo que
nos dice santa Catalina:
"El alma separada del cuerpo,
cuando no se halla en aquella pureza en la que fue creada, viéndose
con tal impedimento, que no puede quitarse sino por medio del
purgatorio, al punto se arroja en él, y con toda voluntad.Veo también que aquella divina esencia es de tal pureza y claridad, mucho más de lo que el hombre pueda imaginar, que el alma que en sí tuviera una imperfección que fuera como una mota de polvo, se arrojaría al punto en mil infiernos, antes de encontrarse ante la presencia divina con aquella mancha mínima. Y entendiendo que el purgatorio está precisamente dispuesto para quitar esa mancha, allí se arrojaría, como ya he dicho, pareciéndole hallar una gran misericordia, capaz de quitarle ese impedimento. Dios, al que las almas ven claramente encendido de un extremado y puro amor hacia ellos, porque los ve en aquella pureza en que los creó, les atrae tan fuertemente, que parece como si no tuviera otra cosa que hacer. Por eso el alma que esto ve, si hallase otro purgatorio mayor que el purgatorio, para poder quitarse más pronto aquel impedimento, allí se lanzaría dentro, por el ímpetu de aquel amor que hace conformes a Dios y alma".
el mismo Dios es “atraído” hacia esa alma purgante.
Esto también se confirma en una experiencia que tuvo santa Catalina de Siena:
"Jesús le hizo ver esta alma que ella había salvado con sus oraciones. Todavía no estaba vestida de la gloria que el alma adquiere en el momento en que ve a Dios tal como es; aún estaba en el purgatorio. Sin embargo, había recobrado la belleza que tiene un alma al ser creada y en el bautismo.
Era una belleza tan maravillosa que resultaba imposible describirla.
Jesús le dijo: "Querida hija, ¿no te parece que esta alma es amable y maravillosamente encantadora? Te he dejado ver esta alma para que cada vez sientas más anhelos de salvar a todas".
En este relato de santa Catalina de
Siena, se pone de manifiesto la atracción que siente Jesús hacia la
belleza de las almas cuando han recobrado la pureza que tenían
cuando las creó.
ALEGRÍA Y DOLOR EN EL PURGATORIO
Siempre se nos ha enseñado que el
purgatorio es un lugar de sufrimiento, y en realidad es así, pero
también de gozo. Más tarde abordaremos este tema de la alegría en
el purgatorio, pero primero vamos a explicar en qué consiste el
sufrimiento:
Santa Catalina de Génova dice:
"Sufren estas almas unas penas tan
extremas, que no hay lengua capaz de expresarlas, ni entendimiento
alguno las puede comprender mínimamente, a no ser que Dios lo
mostrase por una gracia especial, me parece ver que la pena de las almas
del purgatorio consiste más en que ven en sí algo que desagrada a
Dios, y que lo han hecho voluntariamente, contra tanta bondad de
Dios, porque, estando ellas en gracia, ven la verdadera importancia
del impedimento que no les deja acercarse a Él.
Cuando el alma, por visión interior,
se ve así atraída por Dios con tanto fuego de amor, que redunda en
su mente, se siente toda derretir en el calor de aquel amor fogoso de
su dulce Dios. Y ve que Dios, solamente por puro amor, nunca deja de
atraerla y llevarla a su total perfección. Cuando el alma ve esto,
mostrándoselo Dios con su luz; cuando encuentra en sí misma aquel
impedimento que no le deja seguir aquella atracción, aquella mirada
unitiva que Dios le ha dirigido para atraerla, se genera en ella la
pena que sufren los que están en el purgatorio."
Santa Catalina de Siena también hace
una terrible descripción:
Vi los tormentos del infierno y los
del purgatorio; no existen palabras conque describirlos. Si los
pobres mortales tuvieran la más ligera idea de ellos, sufrirían mil
muertes antes que exponerse a experimentar uno de esos tormentos por
espacio de un solo día.
Durante un éxtasis previo a su muerte,
Santa Magdalena de Pazzi tuvo la gracia de ver y visitar el
Purgatorio.
En presencia del terrible espectáculo
al que se hallaba confrontada comenzó a lamentarse en voz alta,
“¡Misericordia, Dios mío, misericordia! Desciende, oh Preciosa
Sangre y libera a estas almas de su prisión. ¡Pobres almas! Sufren
tan cruelmente, y aún así están contentas y alegres. Los calabozos
de los mártires en comparación con esto eran jardines de delicias.
Santo Tomás Aquino, el gran teólogo,
dice que el fuego del Purgatorio es igual en intensidad al fuego del
infierno.
San Cirilo de Alejandría no duda en
decir que “sería preferible sufrir todos los posibles tormentos en
la Tierra hasta el día final que pasar un solo día en el
Purgatorio”.
En el libro: El purgatorio, una
revelación particular, podemos leer:
"El fuego del Purgatorio es fuego de
amor. Este fuego es terrible , el amor de Dios enciende en el alma un
vivo deseo de Dios, una desgarradora y ardiente languidez de amor en
el alma.
Este fuego es tan terrible, que el fuego de la tierra, en
comparación, es un dulce bálsamo, pero en realidad hay una única
pena: la privación de la visión de Dios.
Esto también lo confirma santa
Faustina: Pregunté a estas almas cuál era su mayor tormento, y me
contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de
Dios.
En vista de lo descrito anteriormente,
sabemos que el purgatorio es un lugar de mucho sufrimiento, pero
todos coinciden en que el mayor de los sufrimientos es la ausencia de
Dios, la dolorosa espera hasta la unión definitiva con Él.
Y ahora cabe preguntarnos, si hay
tantas penas en el purgatorio, ¿cómo entonces dice santa Magdalena
de Pazzi que "aún así están contentas y alegres?."
Muchos
santos describen el purgatorio como un lugar también de alegría,
¿en qué consiste esa alegría?
Santa Catalina de Génova, en su
tratado sobre el purgatorio lo explica:
"No creo que sea posible encontrar un
contento comparable al de un alma del purgatorio, como no sea en el
que tienen los santos en el Paraíso. Y este contentamiento crece
cada día a medida que se van consumiendo los impedimentos. La
herrumbre del pecado es impedimento, y el fuego lo va consumiendo, y
cuanto más se consuma, tanto más puede recibir la iluminación del
sol verdadero, que es Dios. Y por lo que se refiere a la voluntad de
esta alma, jamás ella podrá decir que aquellas penas son penas;
hasta tal punto está conforme con la ordenación de Dios, con la
cual esa voluntad se une en pura caridad."
"A la vez, gran gozo y gran dolor ; el
amor de Dios, que redunda en el alma, según entiendo, le da un gozo
tan grande que no se puede expresar; pero esto no les quita su parte
de pena. Y es aquel amor, que está como retardado, el que causa esa
pena; una cosa no impide la otra. "
San Francisco de Sales decía:
“Yo reprendía a los predicadores
católicos que, al hablar del purgatorio, solo lo presentaban al
pueblo por el lado de los tormentos y de las penas que en él sufren
las almas, sin hablar de su perfecto amor a Dios y por consiguiente,
del firme contento de que están colmadas a causa de su completa
unión con la voluntad de Dios.
María Simma es contundente:
"Ningún alma quisiera volver del
Purgatorio a la tierra donde no hay aun certeza de nada, porque
ellas ya tienen un conocimiento de Dios infinitamente superior al
nuestro, y la certeza que se tiene de vivir con Dios es tan fuerte e
indestructible que el gozo de esta certeza supera el dolor.
El alma, cuando está en el
Purgatorio, se adhiere perfectamente a la voluntad de Dios."
En el libro: El purgatorio, una
revelación particular, también leemos:
Las almas del purgatorio no tienen otra
voluntad que la de Dios, el cumplimiento de la pura voluntad divina.
Todo coincide, el purgatorio es un
lugar de sufrimiento porque se retrasa la visión de Dios debido a
los pecados no expiados, pero también es un lugar de alegría,
porque las almas están perfectamente adheridas a la voluntad de
Dios. Ellas tienen su salvación asegurada.
PAPEL
DE LA VIRGEN MARÍA EN EL PURGATORIO:
Es
raro encontrar un texto sobre el purgatorio donde no aparezca la
figura de María como Madre que acompaña y anima a sus hijos en este
tiempo de purificación.
Veamos
un relato que hace santa Faustina:
“Vi
a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Las
almas llaman a Maria “ La Estrella del Mar”. Ella les trae
alivio.”
No
se nos pasa por alto que “Estrella del mar” (Stella Marís) es el
nombre que le dan los carmelitas a Santa María del Monte Carmelo
(Virgen del Carmen) , y precisamente la Virgen del Carmen es la
patrona y abogada de las almas del purgatorio.
En
la entrevista que sor Emmanuel le hace a María Simma, le pregunta:
- María,
¿puedes decirme cuál es el papel de la Virgen con respecto a las
almas del Purgatorio?
- Ella
viene frecuentemente para consolarlas y decirles que han hecho bien
tantas cosas, y les da ánimos.
-
¿Hay días especiales en los cuales ella las libera?
-
Si, sobre todo el día de Navidad, el día de Todos los Santos, el
Viernes Santo; las libera también el día de su Asunción y en el de
la Ascensión de Jesús.
San
Pedro Damiano confirma la liberación de muchas almas el día de la
Asunción de María, él
cuenta que una noble señora estaba rezando en una basílica cuando
vio delante de sí a una dama que ella conocía bien y que se había
muerto hacía un año, le dijo que estaba todavía en el purgatorio
por los pecados de vanidad de su juventud y que, al día siguiente,
iba a ser liberada con muchos miles de almas en la fiesta de la
Asunción.
En
el libro: El purgatorio, una revelación particular, hay muchos
ejemplos de la presencia de María en el purgatorio:
“Después
vi en el Cielo a miríadas de Ángeles que oraban por las Almas del
Purgatorio y miles de santos rodeaban a la Virgen María; mi Alma se
regocijó consolada. Vi también la Oración de la Iglesia de la
tierra en favor de estas almas, como una lluvia abundante recogida
por los Ángeles en copas de oro y presentada a la Santísima Virgen,
que la ofrecía a la Trinidad Divina”
En
otro párrafo se lee:
“Uno
muy próximo a ti está todavía en él Purgatorio; reza y pide que
recen por su liberación; lo desea vivamente la Santísima Virgen. Si
ella pudiera, vaciaría todo el Purgatorio de una sola vez”.
“ La
Virgen María, muy a menudo, especialmente en los días de sus
fiestas litúrgicas y todos los sábados, acude allí para consolar a
estas benditas Almas trayéndoles la felicidad del Cielo, la
esperanza, las olas de Amor Divino”
Estas
benditas Almas del Purgatorio saborean también la dicha de ser
amadas, comenzando por la Virgen María, Reina del Cielo y de la
tierra. Yo he visto que una sola visita de la Inmaculada Virgen María
ilumina todo el Purgatorio;Y la Santísima Virgen extiende sobre
estas Almas, como tesoros de perlas, gotas cristalinas que emanan de
sus dedos y también de su Corazón maternal, símbolos de los
consuelos infinitos que el Señor concede a las benditas Almas del
Purgatorio y de los cuales, la Madre Purísima es la tesorera y
dispensadora.
¿CÓMO
PODEMOS LIBRARNOS DEL PURGATORIO?
La
razón por la que muchas almas pasan por el Purgatorio después de la
muerte es porque han cometido pecados que no han sido expiados.
Mientras
vivamos en la tierra, podemos evitar el purgatorio, pues incluso
después de nuestro pecado, Dios, en su infinita bondad, pone a
nuestra disposición muchos medios sencillos y eficaces mediante los
cuales podemos ser perdonados, para eso está el Sacramento de la
Penitencia.
Este
sacramento no solo nos libra de nuestros pecados, sino que nos
da un enorme aumento en la gracia santificante.
Siempre
hay que desear hacer la voluntad de Dios, Por encima de todo hay que
evitar los pecados contra la caridad y la castidad en pensamiento,
palabra y acción, porque estos pecados son la razón por los que
muchas almas se encuentran detenidos en el Purgatorio por un largo
tiempo según el testimonio de muchas almas purgantes.
Santa
Teresita del Niño Jesús decía lo siguiente:
"Si
amamos tanto como podamos en la tierra, sin rechazar ningún pequeño
acto de caridad, podremos ir al Cielo rápidamente."
Santa
Teresita estaba convencida de que no era difícil evitar el
purgatorio.
Iba
incluso más allá, ya que pensaba sinceramente que la gente ofendía
a Dios cuando le faltaba la confianza de poder lograr ir directamente
al Paraíso después de la muerte. Cuando sus hermanas le declararon
que esperaban ir al Purgatorio, ella les contestó: "¡Qué
disgusto que me dais! Le hacéis una grave ofensa al Señor, si
creéis que iréis al Purgatorio. ¡si amamos, no podemos ir allí!"
El
Señor le donó a Santa Teresita del Niño Jesús la gracia de
entender que el Purgatorio no había sido concebido como una norma,
sino más bien como una excepción.
La doctrina nos dice que cada uno
de nosotros recibe suficientes gracias para ir directamente ante
Dios, después de haber pasado las pruebas de la Tierra. Pero el
Purgatorio es una "entrada de seguridad" al Paraíso para
quienes no han aprovechado las gracias que Dios les concedió.
Cuando
le preguntaron a María Simma, cuáles eran los pecados que llevaban
a las almas al purgatorio, ella respondió:
“Son
los pecados contra la caridad, contra el amor hacia el prójimo,
repudio hacia las personas, la dureza del corazón, no perdonar, los
rencores, la hostilidad, la calumnia; Sé que la maldición y la
calumnia se cuentan entre las culpas más graves que necesitan una
larga purificación. Hay
que tener mucha humildad: ésta es el arma más grande contra el
Maligno. La humildad elimina el mal.”
En
el libro: El purgatorio, una revelación particular, leemos:
“Voy
a decirte cuáles son los medios más eficaces para no ir al
Purgatorio: No buscar más que una sola cosa en todo, la Gloria de
Dios; estar perfectamente libre de afecto hacia todas las criaturas y
querer hacer solamente la Voluntad de Dios disponerse a morir con
Amor; ejercitarse en las virtudes de la obediencia, humildad,
discreción; y llevar el escapulario de la Reina del Carmelo”.
¿CÓMO
PODEMOS AYUDAR A LAS ALMAS DEL PURGATORIO?
Se
nos ha dado el poder y privilegio de poder ayudar a las almas del
purgatorio, Cristo se dirige a la Iglesia militante para esta hermosa
misión.
En
primer lugar hay que tener claro que para poder ayudar a las almas
del purgatorio hay que estar en estado de gracia.
Según
Sussan Tassone, una experta en las almas del purgatorio, el santo
Sacrificio de la Misa es lo más efectivo para ayudar a estas almas,
sobretodo las 30 Misas gregorianas.
Esto
lo confirma María Simma, que decía que las almas que la visitaban
le pedían celebrar celebrar Misas y que ella asistiera a esas Misas;
también le pedían recitar Rosarios, hacer el Vía Crucis y dar
limosnas.
En
el libro: El purgatorio,una revelación particular, se dice que cada
misa aporta también a estas Almas numerosos consuelos, especialmente
aquellas celebradas por su intención y, particularmente, las del 2
de noviembre, también el ayuno y la penitencia son grandes recursos
para las benditas Almas del Purgatorio.
En
el mismo libro, el autor confiesa: “Mi Ángel de la guarda me ha
dicho también que la Santísima Virgen invita a rezar por las
benditas Almas del Purgatorio; ella quiere, que nosotros aquí abajo,
recemos por estas benditas Almas en el ejercicio de la caridad
fraterna”.
Muchos
santos se han preocupado de aliviar a las almas del Purgatorio, por
ejemplo santa
Teresita
del Niño Jesús, que
rezaba
cada
tarde seis
Padrenuestros
y seis avemarías por ellas.
También Santa Gema Galgani rezaba cada
día cien “réquiem” por las almas del purgatorio. Su ángel la
estimulaba en este deseo de liberar a estas almas. Un día le dijo:
“Cuánto tiempo hace que no has rogado por las almas del
purgatorio? Desde la mañana no había rogado por ellas. Me dijo que
le gustaría que, cualquier cosa que sufriera, la ofreciera por las
almas del purgatorio. Todo pequeño sufrimiento las alivia, sí,
hija, todo sacrificio por pequeño que sea, las alivia” (Diario,
6-8-1900).
A sor María Natalia Magdolna le fue
revelado que cuando decimos el rosario, las gotas de la Sangre de
Jesús caen sobre la persona por quien lo ofrecemos. Las almas del
purgatorio están implorando continuamente la Sangre salvadora de
Jesús.
Un día, Santa Gertrudis, orando por el
eterno descanso de un alma querida, el Señor le hizo oír estas
palabras: “Yo experimento un placer especial cuando se me dirigen
oraciones por los difuntos, sobre todo cuando veo que la compasión
natural va unida con la buena voluntad que la hace meritoria. ¡Oh,
entonces ambas cosas juntas concurren admirablemente para dar a esta
buena obra la plenitud y perfección de que es capaz! Las oraciones
de los fieles descienden cada instante sobre las pobrecitas almas
cual lluvia benéfica, cual bálsamo saludable que no solamente
endulza y calma sus dolores, sino que con el tiempo las libera
también de aquella cárcel más o menos rápidamente, según sea el
fervor y devoción con que sean hechas”.
Si
una persona reza por un pariente difunto,aunque
el alma de ese pariente ya haya sido liberada, las oraciones nunca se
pierden y se dirigen hacia otras almas necesitadas.
Concluimos que tenemos el deber de
ayudar a nuestros hermanos que están en el purgatorio, nada le place
más a Dios, está tan agradecido como si le ayudáramos a Él mismo.
Y ¿qué decir de las almas? llenas de
un inmenso deseo de pagar los favores hechos por ellas, ruegan por
sus benefactores con un fervor tan grande, tan intenso, tan
constante, que Dios no les puede negar nada.
Santa Catalina de Bologna dice:
“He recibido muchos y grandes favores
de los Santos, pero mucho más grandes de las Santas Almas del
Purgatorio.
Cuando finalmente son liberadas de sus
penas y disfrutan de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus
amigos de la Tierra, su gratitud no conoce límites.
Postradas frente al Trono de Dios, no
cesan de orar por aquellos que los ayudaron.
ORACIÓN
DE SAN AGUSTÍN
POR
LAS ALMAS DEL PURGATORIO:
Dulcísimo
Jesús mío, que para redimir al mundo quisisteis nacer, ser
circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de
Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente
cordero; presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y
acusado con falsos testigos; abofeteado, cargado de oprobios,
desgarrado con azotes, coronado de espinas, golpeado con la caña,
cubierto el rostro con una púrpura por burla; desnudado
afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre
ladrones, como uno de ellos, dándoos a beber hiel y vinagres y
herido el costado con la lanza. Librad, Señor, por tantos y tan
acerbísimos dolores como habéis padecido por nosotros, a las almas
del Purgatorio de las penas en que están; llevadlas a descansar a
vuestra santísima Gloria, y salvadnos, por los méritos de vuestra
sagrada Pasión y por vuestra muerte de cruz, de las penas del
infierno para que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel
Reino, adonde llevasteis al buen ladrón, que fue crucificado con
Vos, que vivís y reináis con el Padre y el Espíritu Santo por los
siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN PARA LIBERAR 1000 ALMAS DEL PURGATORIO:
"Padre
eterno, yo te ofrezco la preciosísima Sangre de tu Divino Hijo
Jesús, en unión con las Misas celebradas hoy en el mundo entero,
por todas las benditas ánimas del purgatorio.
Amén."
Ésta
es la oración originalmente dictada por Jesús a santa Gertrudis, la
Iglesia más tarde le añadió: por la conversión de los pecadores,
por los pecadores de la Iglesia Universal, y por lo de nuestra propia
casa y nuestra familia.
CIEN
RÉQUIEM
Para
hacer este ejercicio existe un rosario específico con 100 cuentas,
en lugar de las 50 del rosario común, sin embargo, cada uno puede
servirse de un rosario común de cinco decenas, teniendo en cuenta
que se debe recorrer dos veces para formar los 100 Réquiem.
Este
Rosario se compone por tanto, de 10 decenas, en lugar de las 5 a las
que estamos habituados, de ahí que debamos dar dos vueltas a nuestro
rosario común.
En
cada decena haremos:
Un
Padre Nuestro en la cuenta grande.
Un
Requiem en cada cuenta pequeña, avanzando hasta formar los 10 de la
decena.
REQUIEM:
Dadles, Señor, el eterno descanso y haced lucir sobre ellas vuestra
eterna luz.
En
la cuenta grande siguiente, se dirá la jaculatoria y la ofrenda
siguientes para terminar la decena:
JACULATORIA:
Almas santas, almas purgantes, rogad a Dios por nosotros, que
nosotros rogaremos por vosotros para que El os dé la gloria del
paraíso.
OFRENDA
: Padre eterno, os ofrecemos la sangre, pasión y muerte de
Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen y los de San José,
por la remisión de nuestros pecados, la libertad de las almas del
Purgatorio y la conversión de los pecadores.
En
esa misma cuenta, repetiremos el Padre Nuestro inicial de la
siguiente decena.
Acabadas
las diez decenas, o sea la centena de Réquiem, habiendo dado 2
vueltas completas a nuestro rosario común, se rezará la siguiente
oración:
DE
PROFUNDIS
Salmo
CXXIX de David
Desde
el profundo abismo de mis penas
a
Ti clamo, Señor, de noche y día;
oye,
mi Dios, los incesantes ruegos
de
un corazón contrito que se humilla.
Estén
gratos y atentos tus oídos
a
mi voz lamentable y dolorida:
a
Ti mis ayes y gemidos lleguen
pues
a escucharlos tu piedad se inclina.
¿Si
siempre airado tus divinos ojos
sobre
las culpas de los hombres fijas,
quién
estará confiado en tu presencia,
confundiéndonos
sólo ante tu vista?
Más
la eterna palabra de tu seno
que
aplaque espero tus terribles iras;
porque
son inefables tus promesas
y
con tus gracias pecador invitas.
Así
aunque mi alma acongojada gime
contemplando
el rigor de tu justicia,
por
tu palabra la indulgencia espera,
de
que la hacen culpas tan indigna.
¡Oh
pueblo electo! De mañana y noche,
en
todos tus peligros y fatigas,
acógete
al Señor con la confianza
que
en su ley soberana nos intima.
Porque
es inagotable su clemencia;
se
muestra con los flacos compasiva;
de
todas sus miserias los redime,
y
siempre que le claman los auxilia.
Este
Dios abrevie el tiempo
en
que logre Israel su eterna dicha
cuando
de tus pecados la liberte,
que
con tanto rigor la tiranizan.
Para
finalizar, encomendémonos a las almas del Purgatorio diciendo:
¡Almas
benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de
Dios y estáis seguras de no poderlo más perder: rogadle por
nosotros miserables que estamos en peligro de condenarnos para
siempre.
¡Dulce
Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio!
Fuentes:
Tratado del Purgatorio (Santa Catalina de Génova)
El Purgatorio, una revelación particular
Las almas del purgatorio (María Simma)
Tratado del Purgatorio (Santa Catalina de Génova)
El Purgatorio, una revelación particular
Las almas del purgatorio (María Simma)
http://forosdelavirgen.org/35646/como-ayudar-a-las-benditas-almas-del-purgatorio-2011-10-29/
Buena reflexión , gracias no sabia todo esto delas animas del purgatorio lo importante de resar por todas ellas
ResponderEliminar