Una de las mejores devociones a la Santísima Virgen es el rezo del Santo Rosario.
Si puedes rezarlo en una iglesia, mejor.
Si no, rézalo en cualquier rato libre.
Es un obsequio muy agradable a la Virgen, como ella misma lo ha dicho en Lourdes y Fátima.
Y mejor todavía si lo rezas en familia.
Es ésta una práctica muy cristiana. Procura introducir en tu casa esta costumbre, si no la tenéis ya; pues une mucho a la familia.
Rezado en una iglesia o en común, tiene indulgencia plenaria.
Si rezarlo entero te resulta largo, reza un misterio cada día.
Decía Juan Rivas en "Fe y Evangelio":
«El cristiano que tiene el Rosario en una mano, la Biblia en la otra y a Cristo en su corazón es un cristiano invencible»
María es la mujer más digna de amor que ha existido jamás. Es un amor que dignifica y engrandece. Su dulce recuerdo puede protegerte contra tentaciones que están en el extremo opuesto de la pureza.
La palabra Rosario significa "Corona de Rosas".
La Virgen María ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le entregan una rosa y por cada Rosario completo le entregan una corona de rosas.
Así como la rosa es la reina de las flores, el Rosario es la rosa de todas las devociones y, por lo tanto, es la más importante.
El Santo Rosario es considerado como la oración perfecta porque se meditan los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos están distribuidos en los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos.
El Rosario está compuesto por dos elementos: oración mental y oración verbal. La primera consiste en la meditación de los cuatro misterios. La oración verbal consiste en recitar las veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María encabezadas por un Padre Nuestro.
Es una oración simple, humilde como María y que podemos rezar con ella. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros.
Al unir su oración a la nuestra, esta se hace más poderosa porque la Virgen siempre recibe lo que ella pide.
La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa:
la Virgen se apareció a Santo Domingo de Guzmán y se lo entregó como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Además, le encomendó la tarea de propagar su devoción.
Esta cobró fuerza en la cristiandad tras la Batalla de Lepanto en 1571. Los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana.
El 17 de septiembre de 1569 el Papa V pidió que se rezase el Santo Rosario.
Antes del combate las tropas cristianas rezaron devotamente el Santo Rosario para vencer a un enemigo superior en número y buques de guerra.
La batalla de Lepanto duró muchas horas pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos. Mientras el combate naval transcurría, en Roma el Papa Pío V rezaba el Rosario en su capilla. De repente el Papa salió y, por aparente inspiración, anunció con gran calma a todos los presentes que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los cristianos.
Semanas más tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quien, desde un principio, atribuyó el triunfo de la Liga Cristiana a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario.
CÓMO REZARLO:
BENEFICIOS PROMETIDOS POR LA VIRGEN A QUIEN RECE EL ROSARIO, QUE FUERON REVELADOS AL MONJE DOMINICO ALAN DE LA ROCHE:
“Los que propaguen mi Rosario serán socorridos por mi en cada una de sus necesidades”.
Fuentes:
- Para salvarte (P. Jorge Loring)
- Aleteia
-Aciprensa
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