DIVERSAS ORACIONES A SAN JOSÉ



POR LA IGLESIA

Bendito José, esposo de María, quédate con nosotros este día y así como protegiste y amaste a la Virgen, amaste al Niño Jesús como a tu hijo y lo rescataste del peligro de muerte, defiende la Iglesia, la Casa de Dios, comprada por la Sangre de Cristo. 

Guardián de la Sagrada Familia, acompáñanos en nuestras pruebas. Que tus oraciones nos obtengan la fuerza para huir del error y luchar con los poderes de la corrupción para que en la vida podamos crecer en santidad y en la muerte regocijarnos en la corona de la victoria. Amén.

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POR LOS MORIBUNDOS

Padre Eterno, por el amor que le diste a San José, a quien elegiste sobre todo para 
ocupar Tu lugar en la tierra, ten piedad de nosotros y de los que están muriendo.
Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria
Hijo eterno de Dios, por tu amor hacia San José, que tan fielmente te protegiste en la 
tierra, ten piedad de nosotros y de los que están muriendo.
Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria
Espíritu Divino eterno, por Tu amor hacia San José, que tan cuidadosamente protegió a 
María, Tu santísima y amada Esposa, ten piedad de nosotros y de los que están 
muriendo.
Padre Nuestro ... Ave María ... Gloria

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BENDITO SEAS, SAN JOSÉ

Bendito seas, San José,
que fuiste testigo de la gloria de Dios en la tierra.
Bendito sea el Padre eterno que te escogió.
Bendito sea el Hijo que te amó.
Y el Espíritu Santo que te santificó.
Bendita sea María que te amó.
Amén

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PARA BUSCAR LA VOLUNTAD DE DIOS

Durante la vida terrena de Jesús, tú, oh san José, no te has preocupado de hacer cosas grandes, sino de hacer bien la voluntad de Dios, también en las cosas más sencillas y humildes, con mucho empeño y amor. Enséñame, san José, la prontitud en buscar y realizar la voluntad de Dios.

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DESPUÉS DE COMULGAR

Custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron en­co­men­dadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María: por estas dos que­ri­dísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.

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