Uno de los mayores servicios que la amable María ejerce en favor de sus fieles devotos es el interceder
por ellos ante su Hijo y aplacarle con sus ruegos.
Ella los une y conserva unidos a Él con vínculo estrechísimo.
Rebeca en las escrituras, hizo que Jacob se acercara al lecho de su padre. El buen anciano lo tocó, lo abrazó y hasta lo besó con alegría y gozoso de percibir los
exquisitos perfumes de sus vestidos, exclamó:
¡Aroma que bendice el Señor es el aroma de mi hijo!
(Gén 27,27).
Este campo fértil cuyo aroma encantó el corazón del Padre es el aroma de las virtudes y méritos de María. Ella es, en efecto, campo lleno de gracias donde Dios Padre sembró, como grano de trigo para sus escogidos, a su propio Hijo.
¡Oh! ¡Cuán bien recibido es por Jesucristo, Padre sempiterno, el hijo perfumado con el olor gratísimo de María!
¡Y qué pronto y perfectamente queda unido a Él!
por ellos ante su Hijo y aplacarle con sus ruegos.
Ella los une y conserva unidos a Él con vínculo estrechísimo.
Rebeca en las escrituras, hizo que Jacob se acercara al lecho de su padre. El buen anciano lo tocó, lo abrazó y hasta lo besó con alegría y gozoso de percibir los
exquisitos perfumes de sus vestidos, exclamó:
¡Aroma que bendice el Señor es el aroma de mi hijo!
(Gén 27,27).
Este campo fértil cuyo aroma encantó el corazón del Padre es el aroma de las virtudes y méritos de María. Ella es, en efecto, campo lleno de gracias donde Dios Padre sembró, como grano de trigo para sus escogidos, a su propio Hijo.
¡Oh! ¡Cuán bien recibido es por Jesucristo, Padre sempiterno, el hijo perfumado con el olor gratísimo de María!
¡Y qué pronto y perfectamente queda unido a Él!
-San Luis María Grignion de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción a María)
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