Cuenta Santa Verónica Giuliani:
Una vez, estando en oración me encontré fuera de mí. Me pareció ver una muchedumbre de almas al borde de un precipicio.
Jesús me dijo: “Estas están confiadas a ti: ¿qué es lo que quieres?”.
Yo le pedí la salvación de dichas almas; le decía de corazón:
Una vez, estando en oración me encontré fuera de mí. Me pareció ver una muchedumbre de almas al borde de un precipicio.
Jesús me dijo: “Estas están confiadas a ti: ¿qué es lo que quieres?”.
Yo le pedí la salvación de dichas almas; le decía de corazón:
“Dios mío, espero que, por los méritos de vuestra santísima pasión, las convirtáis a todas”.
Él me decía que yo le ofreciese algún padecimiento. ¡Oh Dios! Al punto me vino un ansia grande de padecer por la conversión de esas almas. En esto volví en mí, y durante toda la noche no hice otra cosa que penitencias.
Experimentaba en mí un no sé qué, y no me daba cuenta de lo que hacía.
A la noche siguiente me pareció que el Señor me daba a entender que habría obtenido la gracia, pero que hacían falta más penas. ¡Oh Dios! Me ofrecí a todo lo que Él quisiera para que esas almas se convirtieran a Él.
Él me decía que yo le ofreciese algún padecimiento. ¡Oh Dios! Al punto me vino un ansia grande de padecer por la conversión de esas almas. En esto volví en mí, y durante toda la noche no hice otra cosa que penitencias.
Experimentaba en mí un no sé qué, y no me daba cuenta de lo que hacía.
A la noche siguiente me pareció que el Señor me daba a entender que habría obtenido la gracia, pero que hacían falta más penas. ¡Oh Dios! Me ofrecí a todo lo que Él quisiera para que esas almas se convirtieran a Él.
Fuente: SANTA VERÓNICA GIULIANI
Y SU ÁNGEL CUSTODIO, P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.
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