UNA CRUZ SENCILLA



Nada se ha inventado sobre la tierra
más grande que la cruz.

Hecha está la cruz a la medida de Dios,
de nuestro Dios.
Y hecha está también a la medida del hombre…
Hazme una cruz sencilla, carpintero…,
sin añadidos ni ornamentos,
que se vean desnudos los maderos,
desnudos y decididamente rectos:
los brazos en abrazo hacia la tierra,
el ástil disparándose a los cielos.

Que no haya un sólo adorno que distraiga este gesto,
este equilibrio humano de los mandamientos.
Sencilla, sencilla….
hazme una cruz sencilla, carpintero.
Aquí cabe crucificado nuestro Dios,
nuestro Dios próximo,
nuestro pequeño Dios,
el Señor,
el Enviado Divino,
el Puente Luminoso,
el Dios hecho hombre o el hombre hecho Dios,
el que pone en comunicación
nuestro pequeño recinto planetario solar
con el universo de la luz absoluta.

Aquí cabe… crucificado… en esta cruz…
Y nuestra pobre y humana arquitectura de barro…
cabe… ¡crucificada también!

 (León Felipe)

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