LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Dios es Padre. De su propia substancia engendra eternamente un Hijo. Igual a Sí mismo, su Imagen viviente, el reflejo de su Ser y de sus perfecciones infinitas.

El Padre es Fuente suprema de todo lo que existe dentro de la Trinidad como de lo que existe fuera de ella. Todo procede de Él, es la Fuente creadora de todos los seres del universo, el Manantial divinizador de todos los elegidos, predestinados a la visión de su Faz.

Dios es Hijo. No sale de la nada; procede del Padre en la identidad de naturaleza. Le es consubstancial, Igual en todas las cosas, en Divinidad, en Poder Omnipotente, en omnipresencia, en inmutable eternidad. 

El Verbo es, con el Padre, el Dios Aspirador del Espíritu de Amor. Constituyen Ellos Tres, en una actividad indivisible, el Principio y el Término del Universo.

El misterio de su Encarnación ha hecho descender «Uno de los Tres» a la tierra y, en Él, la Trinidad habita entre nosotros.

Dios es Espíritu Santo. Un Dios procedente del Padre y del Hijo como una llama eterna. El los abrasa de amor el uno para el otro en una inefable unidad, Don supremo que trae a nuestras almas la Presencia del Padre y del Hijo, la habitación de toda la Trinidad. El es el Autor de todas las maravillas de lagracia en la que se manifiesta el Amor.

Dios es Trinidad y Unidad. Trinidad que no rompe la Unidad, Unidad que se dilata en Trinidad, en la Igualdad absoluta de una misma coexistencia eterna. 

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo poseen la misma naturaleza divina, las mismas perfecciones infinitas. Excepto la distinción de origen, todo se identifica entre Ellas en el orden del Ser, del Pensamiento, del Querer, de la Acción, de todos los atributos divinos entitativos, operativos y morales. La misma Existencia, el mismo Poder, la misma Santidad, un mismo Dios en Tres

Personas, una sola Voluntad, una misma Vida inmutable, una misma Actividad creadora y divinizadora, una misma gloria en el interior de la Trinidad y en su soberano dominio sobre el universo.


-La Trinidad en mi vida, de M. Philipon, o.p.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

VISITA AL SANTÍSIMO

  Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres permaneces, lleno de amor, en este Sacramento, de día y de noche, esperando, llamando y r...

ENTRADAS POPULARES