Al comenzar la mañana
Al tocar la luz del día mis ojos, Señor,
Mi corazón se levanta hacia ti,
en busca de tu mirada.
Escucha mis palabras
Y estate atento, Señor,Al tocar la luz del día mis ojos, Señor,
Mi corazón se levanta hacia ti,
en busca de tu mirada.
Escucha mis palabras
sé cercano a mi mano abierta.
Da respuesta a mi pregunta,
Ayúdame en mi inquietud,
Tú eres mi Señor
y mi Dios en quien yo confío.
A Ti abro mi ser, mis ganas de vivir, mi despertar,
De mañana, en tus manos pongo mis miedos y mis ilusiones,
De mañana, en tus ojos pongo la pureza
Y sinceridad de mi búsqueda;
De mañana, en tu camino quiero dirigir mis pasos.
Oye mi voz, Señor, tú que eres bueno y compasivo,
Y alienta mi vida que busca en ti luz y calor.
Mira Señor mi corazón de pobre,
Toma mi arcilla y moldéala según los proyectos
Que tienes en mí este día.
Quiero estar ante tus ojos y dejarme penetrar por tu mirada.
Delante de tus ojos, Señor me siento pequeño y frágil.
Derrama, al comenzar la mañana, tu ternura y tu bondad
Para que mi corazón se sienta fuerte y animoso.
Guíame, Señor, tú que eres bueno y santo;
Guíame hacia la luz y que camine como hijo de la luz.
Guíame y allana mi camino para que sea fiel a tu ley.
Que tu camino Señor sea hoy la pasión de mi corazón,
Y que tu Espíritu Santo, sea hoy la expresión de mi interior,
Que mis palabra arranquen de lo profundo y sean verdaderas.
Señor, dame un corazón limpio,
Para que pueda ver;
Señor, dame un corazón de pobre
Para que viva hoy tu reino;
Señor, dame un corazón misericordioso,
Para que derrame misericordia;
Señor, dame un corazón lleno de paz
Para que sea hijo tuyo;
Señor, dame un corazón que tenga hambre
Y sed de justicia, para que sea saciado y haga tu voluntad;
Señor, ame un corazón manso que posea la tierra.
Que mi corazón se alegre y regocije hoy,
Porque todo lo espero de ti, Señor Dios mío.
(Dominicas misioneras de la Sagrada Familia)
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