Veo su sangre sobre la rosa
Y en las estrellas la gloria de sus ojos,
Su cuerpo brilla en medio de las nieves eternas,
Sus lágrimas caen de los cielos.
Veo su rostro en cada flor;
El trueno y el canto de los pájaros
Están aunque su voz, tallada por su poder
Las rocas son sus palabras escritas.
Todos los caminos por sus pies están gastados,
Su fuerte corazón agita el mar siempre en movimiento,
Su corona de espinas esta entrelazada con cada espina,
Su cruz es cada árbol.
(Joseph Mary Plunkett, poemas)
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