Oh Corazón Inmaculado de María,
ayúdanos a vencer la amenaza del mal,
que tan fácilmente se arraiga en los corazones
de la gente de hoy con sus efectos inconmensurables, que ya pesan sobre nuestro mundo moderno y
aparecen bloquear los caminos hacia el futuro.
Del hambre y de la guerra, líbranos.
De la guerra nuclear, de la autodestrucción y de todo tipo de guerra, líbranos.
De los pecados contra la vida del ser humano desde sus orígenes, líbranos.
Del odio del envilecimiento de la dignidad de los hijos de Dios, líbranos.
De cada tipo de injusticia en la vida de la sociedad, tanto nacional como internacional, líbranos.
De la tendencia a quebrantar los mandamientos de Dios, líbranos.
De los intentos de sofocar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, líbranos.
De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos.
Acepta, oh Madre de Cristo, este grito cargado con los sufrimientos de todos los seres humanos y de sociedades enteras.
Transforma las conciencias. Que tu Inmaculado Corazón revele para todos, la luz de la esperanza.
Amén
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