ACCIÓN DE GRACIAS POR LA EUCARISTÍA


Bendito seáis, oh Jesús, que habéis instituido

de vuestra Pasión un memorial tan completo 

y vivo, tan eficaz y poderoso, tan dulce y tan

conmovedor, tan sabiamente conforme a

 vuestros designios como a mis necesidades.

Vuestra Pasión es mi vida por el tiempo y 

la eternidad. 

Todo lo encontramos en vuestra muerte, 

que sola nos ha dado todo lo que el pecado 

nos había hecho perder.

Tengo necesidad de vuestra Pasión; 

es preciso que yo participe abundantemente de ella,

y que a ella pueda recurrir fácilmente con toda

confianza y a todo instante, y para hacerla venir

hasta mí habéis instituido millares de canales: 

la oración, el Evangelio, los Sacramentos,

vuestro recuerdo, las santas imágenes; 

y por todos estos medios recibo gracias, efectos maravillosos, 

instancias, lecciones, algo, en fin, de vuestra pasión.

¡ Mas esto no bastaba! Así como queríais extender

 y perpetuar en persona vuestra venida

a la tierra por la Encarnación,

así habéis perpetuar en todos los siglos vuestra Redención, 

continuando en persona vuestra Pasión y vuestra Muerte, en la Eucaristía.

i Y Vos habéis sido sabio y bueno, previsor

y condescendiente por nuestra miseria en esta

institución ! ¡ Bendita seáis!

Yo conoceré de hoy en adelante a mi Salvador muerto 

por mí; yo gustaré la suavidad del amor que corre 

con su sangre de su cuerpo desgarrado como el jugo 

de la uva hollada en el lagar; 

acercaré mis labios sedientos a la fuente viva 

que brota de su corazón traspasado. 

Esta Hostia ha sufrido, ha sido condenada 

y entregada a la muerte, y ella me amaba

ya entonces, y me ama con el mismo amor 

que me tuvo sobre la Cruz;

(Manual de Adoración, R.P.A. Tesnière)

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