Espíritu Santo,
inspírame lo que debo pensar,
lo que debo decir,
lo que debo callar,
lo que debo escribir,
lo que debo hacer,
cómo debo obrar para procurar
el bien de los hombres,
el cumplimiento de mi misión
y el triunfo del
Reino de Cristo. Amén.
Juntos vivían los dos monjes en lo alto de la montaña: entrado en años uno, joven el otro. La figura del viejo ermitaño más parecía una g...
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