Patriarca felicísimo San José,
abogado fidelísimo de los mortales.
José santo, José justo, José inocente,
José bienaventurado. ¿Quién pudiera
tener siempre en la boca tu nombre,
y no despedir un solo aliento, una sola respiración, sino acompañada de tu nombre santísimo?.
¡Quién pudiera nombrar a José con aquel respeto, con aquel puro amor, y con aquella gracia con que lo pronunciaba María Santísima tu Esposa!
Acuérdate, José mío, de aquella prontitud con que acudías a ver a tu Esposa cuando te llamaba, y date prisa en acudir en la mayor necesidad en la hora de mi muerte; que ahuyentado el demonio, despida yo el último aliento envuelto en tu nombre,
y en nombre de Jesús y María. Amen.
(Devocionario Josefino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario