«El siervo no es más que su señor.
Si a mí me han perseguido, también os
perseguirán a vosotros; si han guardado
mi palabra, también guardarán la vuestra.
Pero todo esto os lo harán por causa de mi
nombre» (Jn 15, 20-21).
Concédenos, oh Dios, no pensar
en vidas sin cruces, sino más bien
en cruces con Cristo; porque la cruz es
un instrumento connatural a la vida del
hombre y, en especial, para aquellos que
hemos aceptado seguir a Cristo por los
caminos del Calvario.
Te lo pedimos por el
mismo Cristo nuestro Señor.
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