Jesús, Divino prisionero del amor,
cuando considero Tu amor
y como Te has anonadado por mi,
y como Te has anonadado por mi,
mis sentidos desfallecen.
Encubres Tu Majestad inconcebible
y Te humillas rebajándote a mi,
un ser miserable.
Oh Rey de la Gloria, aunque ocultas
Tu hermosura,
el ojo de mi alma desgarra el velo.
el ojo de mi alma desgarra el velo.
Veo a los coros de ángeles que te honran incesantemente y a todas las potencias
celestiales que Te alaban sin cesar y que
Te dicen continuamente:
Santo, Santo, Santo.
Oh ¿Quién comprenderá Tu amor y
Tu misericordia insondable hacia nosotros?
Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte
Oh ¿Quién comprenderá Tu amor y
Tu misericordia insondable hacia nosotros?
Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en este tabernáculo para adorarte
sin cesar día y noche.
Aunque estoy físicamente lejos de Ti,
mi corazón esta siempre Contigo.
Nada puede impedir mi amor hacia Ti.
No existe ningún obstáculo para mí.
Oh Jesús Te consolare por todas las ingratitudes,
por las blasfemias, por la tibieza,
por el odio de los impíos, por los sacrilegios.
Oh Jesús, deseo arder como victima pura y anonadada delante del trono de Tu escondite.
Te ruego incesantemente por los pecadores agonizantes.
por las blasfemias, por la tibieza,
por el odio de los impíos, por los sacrilegios.
Oh Jesús, deseo arder como victima pura y anonadada delante del trono de Tu escondite.
Te ruego incesantemente por los pecadores agonizantes.
(Santa Faustina)
Fuente: Diario de santa Faustina, la Divina Misericordia en mi alma
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