Los sacramentos son acciones litúrgicas que tienen la fuerza especial de realizar lo que expresan simbólicamente.
Para mantenernos vivos debemos nutrirnos. La falta de alimento produce un debilitamiento del organismo y al final la muerte.
En el sacramento pasamos de lo material a los espiritual.
El agua es el medio material para limpiar el cuerpo, pero en el bautismo, también limpia el alma de las manchas del pecado.
En la Eucaristía, el pan y el vino nutren la vida espiritual, que es por naturaleza inmortal.
La fe nos enseña que en la Eucaristía, Jesús mismo se ofrece como alimento para nosotros, y en consecuencia Su vida se convierte en nuestra vida.
Al comulgar entramos en íntima unión con Aquel que se ofrece a nosotros.
Él es el alimento fuerte que nos da la fuerza sobrenatural.
(Tomado del libro "La Eucaristía, medicina de inmortalidad" de Tomás Spidlik)
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