Que eres Flecha del Amor Divino:
Hiere nuestro corazón con un
amor ardiente a Dios y no dejes
que esta herida se cierre jamás,
para que permanezcamos sobre el
camino del amor, en la vida diaria,
y venzamos todos los obstáculos
por la fuerza de este Amor.
Tú, que eres Bálsamo de Dios,
defiéndenos de las potencias del Mal
y de las enfermedades; acompáñanos
en los viajes y en las calles; sé nuestro
consuelo en las dificultades y fortalécenos
en el desánimo y en la depresión. Amén.
¡San Rafael Arcángel!
Lucha a nuestro lado con tus Ángeles.
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