Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
flor de las flores,
muestra aquí
de tu gloria los resplandores,
que en el cielo tan sólo
te aman mejor.
Virgen Santa, Virgen pura,
vida, esperanza y dulzura
del alma que en ti confía,
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare,
todo mi amor para ti,
mas si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
aunque mi amor te olvidare
tú no te olvides de mí.
***
Flor del Carmelo
Viña floridal esplendor del cielo;
Virgen fecunda y singular;
oh Madre dulce
de varón no conocida;
a los carmelitas,
proteja tu nombre,
estrella del mar.
***
SI TÚ ME MIRAS
(San Alberto Hurtado)
¡Madre mía querida y muy querida!
Ahora que ves en tus brazos a ese bello Niño
no te olvides de este siervo tuyo,
aunque sea por compasión mírame;
ya sé que te cuesta apartar los ojos de Jesús
para ponerlos en mis miserias,
pero, madre, si tú no me miras,
¿cómo se disiparán mis penas?
Si tú no te vuelves hacia mi rincón,
¿quien se acordará de mí?
Si tú no me miras,
Jesús que tiene sus ojitos clavados en los tuyos,
no me mirará.
Si tú me miras, El seguirá tu mirada y me verá
y entonces con que le digas
“¡Pobrecito! necesita nuestra ayuda”;
Jesús me atraerá a sí y me bendecirá
y lo amaré y me dará fuerza y alegría,
confianza y desprendimiento.
Me llenará de su amor y de tu amor
y trabajaré mucho por El y por Ti,
haré que todos te amen
y amándote se salvarán.
¡Madre! ¡Y solo con que me mires!
Fuente: padrealbertohurtado.cl
***
LA VIRGEN AL MEDIODÍA
No tengo nada que ofrecerte,
nada que solicitarte…
Vengo solamente, oh María,
para contemplarte…,
contemplar tu rostro,
dejar al corazón que cante
en tu propio lenguaje…
Porque tú eres hermosa,
porque eres inmaculada,
la mujer de la Gracia
finalmente restaurada,
la criatura en su primigenio honor
y en su florecimiento definitivo,
tal como salió de Dios
en la mañana de su original esplendor.
Inefablemente intacta
porque tú eres la Madre de Jesucristo,
que es la verdad entre tus brazos,
y la única esperanza y el único fruto.
Porque tú eres la mujer, el Edén
de la antigua ternura olvidada…
¡Que toda la creación te cante agradecida,
Madre de Jesucristo,
simplemente porque existes.
Paul Claudel
****
ORACIÓN SENTIDA
Federico Rivas Frade
(Colombia).
Ante el viejo retablo donde lloras,
mi madre se postraba de rodillas,
y lo mismo que en ti, vi en sus mejillas,
rodar el llanto en las amargas horas.
Como un rayo de luz de dos auroras
de ella y del cielo en que sin mancha brillas,
bajaba con mis súplicas sencillas
la compasión que tú de Dios imploras.
Muerta mi madre, en noches de amargura,
ante el cuadro a caer vuelvo de hinojos,
y cuando el alma su oración murmura,
se aplacan de mi vida los enojos
porque al rogarte a ti, se me figura
que ella me está mirando en tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario