Oh Santo Espíritu que con el Padre
Y el Hijo eres un solo Dios eterno:
Dígnate ya bajar hasta nosotros
Y entrar y derramarte en nuestros pechos.
Y el Hijo eres un solo Dios eterno:
Dígnate ya bajar hasta nosotros
Y entrar y derramarte en nuestros pechos.
Que la mente, la lengua y el sentido
Den testimonio de tu nombre excelso,
Y que las llamas del amor despunten
Y que al prójimo abrasen con su fuego.
Escúchanos, oh Padre piadosísimo,
Y haz que se cumpla nuestro buen deseo
Tú que reinas sin tiempo con tu Hijo
Jesucristo y el Santo Paraclito. Amén.
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