ES UN DON PRECIOSO PADECER POR DIOS


Verónica Giuliani cuenta:

El día de la fiesta de san Agustín de 1694 tuve por la noche una visión:

Me pareció que el Señor con multitud de ángeles y con dicho santo estaba sentado en un trono y con gran júbilo de todos aquellos espíritus bienaventurados me invitaba a mí. 

Dicho santo, llevando el cáliz en la mano, me pareció que me dijera: “Este es un don precioso”. 

El cáliz comenzó a hervir y a verterse por todas partes, a lo que me pareció que algunos de aquellos ángeles acudieron con vasos de oro a recoger el licor que se vertía del cáliz, llevándolo luego ante el trono del Señor. 

Me pareció entonces sentir deseo de saber el porqué de aquel misterio, siéndome declarado que aquel licor que estaban recogiendo en aquellos vasos de oro eran todos los padecimientos sufridos hasta entonces y que dichos ángeles 

los recogían en aquellos vasos de oro y los llevaban ante el trono de Dios para indicarme cuán precioso es el padecer ofrecido a Dios y cuánto gusto le da a Dios recibirlos. 


-Fuente: Santa Verónica Giuliani y su ángel custodio, P. Ángel Peña O.A.R.-

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