ADORARTE, SEÑOR

 Tú, Señor Sacramentado,
destello de luz despierta,

misterio de amor oculto,
nos llamas a tu presencia.

Sí, amén, digo a tu voz,
mi vida se hace respuesta,
adoradora en la noche,
jugando a ser centinela.

Aquí estoy, como el trigo,
para morir en la tierra
y ser mañana la harina
de tu pan para la mesa.

Aquí recojo el testigo 
de tu dulce pertenencia,
y abrazo mi compromiso
de adorarte sin reservas.


Amor de nuestros amores,
para mis miedos, tu fuerza;
para tus noches, mi vida
como remanso en tu espera.

Luz que disipas las sombras;
con temblor de amor se acerca
esta llama en ti encendida,
como signo de mi entrega.

(Antonio Bellido Almeida)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

LA CONSAGRACIÓN DIARIA AL SAGRADO CORAZÓN.

  LA CONSAGRACIÓN DIARIA AL SAGRADO CORAZÓN.   (Acto de Consagración que hizo de sí Santa Margarita María al Divino Corazón de Jesús)   Yo, ...

ENTRADAS POPULARES