ESTUVE EN LA CÁRCEL Y ME VISITASTEIS



La voz de Jesús se hizo oír en mi Alma, muy claramente, muy íntimamente:
Quiero que se rece por estas benditas Almas del Purgatorio, ya que mi Divino Corazón arde por ellas.
¡Deseo ardientemente su liberación, para poder unirlas a mí por fin totalmente!
Reza por ellas y escribe todo lo que te sea revelado.
No te olvides de mis palabras: «Estaba en la cárcel y me habéis visitado»
Aplícalas a estas benditas Almas; es a Mí a quien visitas en ellas, con tus Oraciones y tus obras en su favor y por sus intenciones.
Mira su perfección, que debe servirte de enseñanza; sufriendo las penas más terribles; no miran, sin
embargo, sus tormentos, ya que están totalmente abandonadas a mi Amor y a la Voluntad de mi Padre.
Su única preocupación es nuestra Gloria.
Aprende de estas Almas santas la pureza del Amor, que mira solamente hacia mi Corazón.
Quédate en paz, hijo mío, y haz lo que te pido.

(Una revelación particular)

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