Jesús, Verdad Eterna,
fortalece mis fuerzas débiles.
Tú, oh Señor, lo puedes todo.
Se que sin Ti mis esfuerzos no valen nada.
Oh Jesús, no Te ocultes ante mí,
porque no puedo vivir sin Ti.
Escucha el llamado de mi alma;
no se ha agotado, Señor, Tu misericordia,
ten piedad de mi miseria.
Tu misericordia supera la inteligencia
de los ángeles y de los hombres juntos,
y aunque me parece que no me escuchas,
no obstante he depositado mi confianza
en el mar de Tu misericordia
y sé que mi esperanza no será defraudada.
Tú, oh Señor, lo puedes todo.
Se que sin Ti mis esfuerzos no valen nada.
Oh Jesús, no Te ocultes ante mí,
porque no puedo vivir sin Ti.
Escucha el llamado de mi alma;
no se ha agotado, Señor, Tu misericordia,
ten piedad de mi miseria.
Tu misericordia supera la inteligencia
de los ángeles y de los hombres juntos,
y aunque me parece que no me escuchas,
no obstante he depositado mi confianza
en el mar de Tu misericordia
y sé que mi esperanza no será defraudada.
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