EN QUÉ CONSISTE LA VERDADERA PERFECCIÓN


 

La perfección consiste: 

1.°, En verdadero desprecio de sí mismo.

2.°, En total mortificación de los malos apetitos. 

3.°, En la perfecta conformidad con la voluntad de Dios.

Quien se vea falto de una de estas tres virtudes está fuera del camino de la perfección. 

Por eso decía un gran siervo de Dios que más valía en nuestras acciones tener por fin la voluntad de Dios que la gloria de Dios, porque, cumpliendo con la voluntad de Dios, también procuramos su gloria, al paso que, si nos proponemos la gloria de Dios, nos podemos engañar, a las veces, haciendo nuestra voluntad con pretexto de hacer la de Dios. 

Escribe San Francisco de Sales: «Muchos dicen al Señor: Me consagro a vos sin reserva, pero pocos son los que se abrazan con la práctica esta entrega, que no es otra cosa que la perfecta indiferencia en aceptar todo lo que nos acontece, como nos vaya aconteciendo, según el orden de la divina Providencia, ya sean aflicciones o ya consuelos, desprecios y humillaciones, como honores y gloria».

(Práctica de amor a Jesucristo, san Alfonso Mª de Ligorio)

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