CANTEMOS AL DIOS DE LA VIDA

 Tú haces brotar las fuentes en los montes, 

el agua del torrente 

que desciende hasta el valle, 

en la que abrevan los rebaños 

y a cuya orilla hace su nido el pájaro. 

Tú haces crecer la hierba para el ganado 

y las plantas que el hombre cultiva 

para sacar su pan de la tierra 

y el vino que alegra su corazón 

y hace que brille su rostro. 

Cuando llega la noche, las fieras se mueven 

y salen en busca de su alimento. 

Cuando llega el día, se ocultan, 

y el hombre sale a trabajar 

hasta el atardecer, en que acaba su faena. 

¡Qué hermoso es el inmenso mar, 

con los infinitos peces que en él se mueven

y los enormes monstruos marinos! 

Sobre sus aguas navegan los barcos. 

Quiero cantarle al Señor. 

¡Que mi canto le agrade! 

El Señor es mi contento.

(Anónimo)

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