OS AMO, QUERIDO REDENTOR MÍO (San Alfonso Mª de Ligorio)


 

Dios mío y mi todo, bien veo que, a pesar de mis ingratitudes y negligencias en vuestro servicio, seguís convidándome con vuestro amor. Aquí me tenéis; ya no quiero resistir más; quiero abandonarlo todo para dedicarme por completo a vos. 

No quiero ya vivir para mí mismo, pues mucho es lo que me habéis obligado a amaros. Mi alma se ha enamorado de vos, Jesús mío, y por vos sólo suspira. 

Y ¿cómo podría amar otra cosa después de haberos visto morir de dolor en una cruz para salvarme? ¿Cómo podría contemplaros muerto, acabado de dolores, y no amaros con todo mi corazón? 

Os amo, sí, querido Redentor mío; os amo con toda mi alma y no deseo más que amaros en esta y en la otra vida. 

 Amor mío, esperanza mía, fortaleza mía, consuelo mío, dadme fuerza para seros fiel; dadme luces para que vea qué debo hacer para sacrificarlo todo y dadme fortaleza para que os obedezca en todo. 

¡Oh amor del alma mía!, me ofrezco todo a vos para satisfacer el deseo que tenéis de uniros a mí, para que yo pueda unirme del todo con vos, Dios mío y mi todo. Venid, pues, por favor, Jesús mío, y tomad posesión de mí, de todos mis pensamientos y de todos mis afectos.

 Renuncio a todas mis aficiones, a todos mis consuelos y a todo lo criado, pues vos sólo me bastáis. 

Dadme la gracia de no pensar sino en vos, no desear más que a vos, no buscar más que a vos, mi amado y mi único bien. 

 ¡Oh María, Madre de Dios!, alcanzadme la santa perseverancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

LA CONSAGRACIÓN DIARIA AL SAGRADO CORAZÓN.

  LA CONSAGRACIÓN DIARIA AL SAGRADO CORAZÓN.   (Acto de Consagración que hizo de sí Santa Margarita María al Divino Corazón de Jesús)   Yo, ...

ENTRADAS POPULARES